Cuando la credibiidad pende de un hilo, los más experimentados en las diferentes aristas de la administración pública y de instituciones públicas van guiando a los que dan sus primeros pasos en esas lides. Digamos que los que saben de política tienen que asesorar a los que no saben nada. Pues buen, los que fueron escrachados como antiéticos por haberse vacunado fuera de las reglas establecidas para esta etapa de la lucha contra la pandemia, eran experimentadísimos, de manera que las pautas basadas en la lógica quedan, una vez más en la Argentina, afuera.
Hay un apuro muy grande por resolver el conflicto político que se suscitó con el vacunagate, ante la necesidad de dar continuidad a los planes de vacunación en todo el país, ya que la situación urge y a nivel salud, a esta altura del terreno recorrido y los errores cometidos, no queda mucho changüí para recuperar confianza y en un año electoral. Es como cuando un árbitro aplica la ley de ventaja oprque el balón sigue en poder del equipo del jugador fouleado y, a`penas tenga la oportunidad al detenerse el juego, irá a amonestar al rival que cometió la infracción.
Candidatura al olvido
El tema será, lamentablemente, olvidado.
Prueba:
La familia Menem se desespera por el robo del anillo del ex presidente reciente mente fallecido, porque era de oro, con esa piedra negra y la carga simbólica de bla bla bla. Pero nada tan valioso para el universo de la política errática como la verdad registrada en la áurica superficie del anillo del otrora presidente de la AFA, Julio Grondona. Ese «Todo Pasa», que se lee en el zarzo, resulta aliviador para quienes, en política, caen en el escarnio público, sea por lo que sea.
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