En un principio pareció que se trataba de una estudiada diferenciación en base a riesgos sanitarios. Caído el velo que tapaba las trampas que cometen las autoridades, se hace necesario atender a todos los reclamos de recuperación de actividades.
No se vislumbra que estemos trabajando para la recuperación pareja de todos los sectores para retomar cada actividad como merece. Ya hemos asistido a discusiones entre quienes estiman que la presencialidad escolar tarda demasiado en recuperarse y la desesperación del negocio turístico por pedirle a los gobiernos nacional y provinciales que los reposiciones con respecto de sus anteriores restricciones.
El deschave tardío de la festicholita en Olivos fue una verdadera suerte para el gobierno. Lo decimos por lo tardío. Con eso logró tener un año (o casi) de transmitir una sensación de autoridad.
La peligrosidad es efecto de la injusticia. Como siempre en cualquier orden de la vida. Lo también habitual es que los gobernantes nunca lo entienden. Ni siquiera los que se jactan de ser populares.
La verdadera ideología del gobierno de Alberto Fernández, alejado del peronismo, de su viejo kirchnerismo, sin contactos reales con la ultraizquierda, poca simpatía por las derechas tradicionales, desafectado total de los intentos por participar de los nuevos en la política, columpiante entre el viejo duhaldismo y los guiños conservadores, presionado por las organizaciones sociales pero ninguneador de los medios de comunicación que las apoyan.
No faltes. Mañana, domingo 15 de agosto de 2021, en Diario 5, tu vecino global.
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