• Diario 5 -Buenos Aires, viernes 29 de marzo de 2024

Allá Lejos, en Buenos Aires y a plena vida

PorCarlos Allo

Sep 15, 2019

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El hostel porteño de la bohemia europea

La popular canción Paisaje de Franco Simone es realmente bella. Pero el caprichoso verso que dice: «No se piensa en el verano cuando cae la nieve» se aleja de las realidades posibles, tan relativas, tan desparejas, que no permiten que los giros poéticos sean verdades. O, al menos, no lo permiten siempre. El recuerdo de una noche de verano porteño pudo aflorar en este cierre de invierno bien concebido este año, bien plantado, en sus cabales, que desde el hemisferio Sur no les ofreció nuevos argumentos a los permanentes vociferadores del calentamiento global. A la historia:

Zev es berlinés. En realidad se llama Zeverin Schwarz. Lo encontramos una noche de terrible calor al cierre de diciembre, mirando la vidriera con el menú de un restaurante porteño de esos que todos conocen como emblemáticos para la comida española, en el área histórica de la Avenida de Mayo. Si hubiese sido por mi capacidad de recomendar, lo habría puesto en un taxi y lo hacía ir a Morriña, en Estados Unidos 482, pero Zev estaba parando en un hostel de la Av de Mayo y quería caer planchado allí, tranquilo y seguro de encontrar  rápidamente Palenque ‘ande rascarse, por una pequeña borrachera fuese consecuencia y complemento de una cena de pescados y mariscos en algún lugar cercano. Definitivamente el alemancito iba a decidirse por alguno de los clásicos del corredor Salta, tramo Hipólito Yrigoyen – Rivadavia.

Gabriela y yo estábamos también decididos a quedarnos por la zona. El tema es que mirando precios desde la vidriera, hicimos intercambio cultural en la vereda y finalmente nos invitamos mutuamente a compartir la mesa argento-teutona. Todo era animado y, para él, no cesaban las novedades tanto por enterarse acerca de comidas como de costumbres porteñas. Eso hablaba bien de cómo estaba pasando sus días en la Ciudad, a la que abandonaría temporalmente para viajar a El Calafate.

Todo sucedía con gran fluidez y allí supimos que no se trataba de un germano suelto en Baires, sino que había «una banda» de berlineses que se habían distribuido en el divertido hostel de la Av. de Mayo, ese de la puerta enorme y de la que permanentemente ingresan y salen turistas muy jóvenes.

La característica de ese lugar es que casi todas las noches se arma un clima con un toque de pub, algo de Disco, otro poco de bohemia porteña, cervezas en mano, celulares satelitales y voilá… Ich Liebe Buenos Aires.

Como en las historias de amor prohibidas de las dos guerras mundiales, pero más lejos, libre de violencia y más aventurero, al hablar con Zev unos días más tarde, supimos que la que más burbujas le dejó en la noche de año nuevo se llama Françoise y es de Nantes (glamour porteño para envidia de NYC). Ella lo esperó –aporteñada- cuando él se enfrentó al Glaciar Perito Moreno, para encarar juntos la Ruta del Vino, en Mendoza, romántico sello para un viaje de encuentros, si los hay.

Carlos Allo

Editor de Diario 5 y Ensamble 19. Productor integral de Radio Clasica.

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