El servicio de cargador de baterías de celulares en los lugares a la aire libre ya existe. Es extraño. Hace unos días habíamos visto uno lockers de recarga para dispositivos móviles en los pasillos del Subte, pero ahora hemos descubierto este mobiliario urbano con seis casilleros de seguridad para dejar el teléfono durante un tiempo prudencial para que se produzca la recuperación de energía.
Hace pocos días en todos los medios de comunicación se encontró un hueco para hablar del estudiante universitario que sufrió el percance de quedarse sin batería justo cuando iba a recibir una llamada clave por apuntes necesarios para dar un examen y cuyo resultado final fue que el joven debió recursar la materia. Se trata del creador y desarrollador de Quick Energy, la empresa que comenzó ubicando sus lockers en la Universidad Torcuato Di Tella,la Universidad Austral, la UCES y el gimnasio Sport Club de Unicenter Shopping, en Martínez.
En cuanto a al mecanismo operativo, es, por demás, conocido por la sociedad desde que aparecieron los lockers de guardado de bolsos y objetos personales en los supermercados: se utiliza la llave incorporada en la puerta del compartimento para cerrarla. Al ingresar una moneda de $1.- el sistema destraba la llave y el usuario puede retirarla. A su regreso y tras abrir la puerta con la llavecita, el mecanismo devuelve la moneda.
Por lo que respecta a la cuestión eléctrica, los lockers disponen de fichas de inserción en la mayoría de cuanto celular, smartphone, tablet o dispositivo electrónico goza de habitual uso en la actualidad. Un servicio que nadie sabe cuándo lo puede llegar a necesitar con urgencia. Hoy, en cuanto a su ubicación en plazas públicas, sólo está disponible en Parque Patricios.
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