A los manoteros, la truchanga y la venta pendorchera les cantaron yatá. A la madrugada del sábado 15, yuta, inspectores y catos*, armaron un mega raid y rajaron a más de 5.000 napoleones del metro cuadrado que tenían copada la Avenida Avellaneda en Flores.
Desde las 3 AM, con 550 tipos entre polis, agentes de tránsito y de control, la movida barrió con los que hacían la suya sin garpar un sope de impuestos. Pero no sólo darle salida a manteros: también les cayeron a 50 depósitos donde encanutaban mercadería trucha, sospechados de ser eslabón del negocio de la pilcha fabricada bajo el negreo laboral más repugnante.
Jorge Macri, decidido a mostrarse firme, largó: “Se terminó el vale todo. Las mafias acá no tienen lugar”. El jefe pinta haber avanzado al Modo Mano Semidura para limpiar la lleca. Y ojo, porque este despliegue logístico no es flamante: ya vimos la peli en Once, Retiro, Aeroparque y Florida, donde los ambu también tuvieron que armar las valijas.
Los vecinos, por ahora, tranquis. Los comerciantes, aliviados. Y los que creen que pueden mandarse cualquiera en la calle, atenti: asoman muestras de que el descontrol no podía ser eterno.
* C.A.T: Cuerpo de Agentes de Tránsito