¿Se podrá encontrar un equilibrio? Los manteros necesitan trabajar pero no parecen querer ceder a hacerlo concierto orden legal. En tanto, la Ciudad avanza en lo que considera la necesaria recuperación del espacio público, especialmente a favor de los vecinos de la zona.
En la madrugada de ayer, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires llevó a cabo un imponente operativo que resultó en el desalojo de más de 5.000 manteros en el barrio de Flores. Con la participación de más de 550 inspectores, agentes de seguridad y operarios, la medida respondió a un reclamo histórico de vecinos y comerciantes, quienes desde hace años manifestaban su preocupación por la proliferación del comercio informal en la zona.
El procedimiento se desplegó en 32 manzanas de la Avenida Avellaneda, donde además de la venta callejera sin regulación, existían denuncias sobre talleres clandestinos y presuntas redes de trata de personas. A primera hora del día, se realizaron 50 allanamientos en locales y depósitos que albergaban mercadería de procedencia ilegal.
El Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, quien supervisó la operación, señaló: “El control y el dominio de la calle es del Estado y debe garantizarse para que los vecinos puedan circular libremente y las actividades comerciales sean legales”. En este sentido, destacó que la venta ambulante generaba una competencia desleal con los comerciantes formalmente establecidos, quienes cumplen con las normativas fiscales y municipales.
La acción se enmarca en una serie de medidas que buscan ordenar el espacio público y erradicar las ferias informales que operaban en distintos puntos de la Ciudad. En octubre del año pasado, se llevaron a cabo procedimientos similares en Once, Florida y Retiro, entre otros sectores.
Desde el Gobierno de la Ciudad afirman que estos operativos continuarán con el objetivo de “recuperar el orden” y brindar un marco de seguridad a los barrios afectados por la ocupación irregular del espacio público.