Controversia

Es por la aprobación acelerada del proyecto de demolición del Luna Park

En una decisión que abrió una gran polémica, la Comisión Nacional de Monumentos aprobó el proyecto de demolición del icónico estadio Luna Park. La iniciativa, impulsada por el Arzobispado de Buenos Aires y DF Entertainment, ha despertado críticas y sospechas debido a la rapidez del proceso.

Una norma impide demoler o alterar la estructura original del Luna, declarado Monumento Histórico Nacional en 2007 y ubicado dentro de un Área de Protección Histórica. Este plan aprobado prevé aumentar su capacidad en un 53%, pasando de 8.400 a 13.000 espectadores.

La concesión del estadio es por 40 años y la empresa le paga un millón de dólares anuales de canon al Arzobispado.

El proceso de aprobación se resolvió en dos meses. Trámites similares suelen extenderse por meses o incluso años. Ahora, la decisión final recae en el Gobierno de la Ciudad y -según el contrato de concesión- el propio Papa Francisco.

La Fundación Ciudad y la Asociación Basta de Demoler lideran el rechazo a una posible demolición total. Argumentan que el estadio podría modernizarse sin comprometer su valor patrimonial ni vulnerar las normativas de protección histórica.

Precisamente, los impulsores de la reforma aseguran que el frente original diseñado por el arquitecto Kálnay, se mantendrá intacto.

El debate recién comienza.