La sostenibilidad urbana es hoy un objetivo prioritario para muchas ciudades alrededor del mundo, especialmente las verdaderamente grandes. Los esfuerzos ven enfocados hacia la reducción de emisiones de carbono, el transporte público eficiente, la gestión de residuos, la preservación de espacios verdes y el uso de energías renovables.
Al investigar algunas fuentes, vemos que en el ranking global de ciudades sostenibles, Buenos Aires se encuentra en una posición intermedia. Según el índice Arcadis Sustainable Cities Index, que evalúa 100 ciudades en función de la sostenibilidad social, ambiental y económica, la Reina del Plata se ubica en torno a la mitad del ranking. Este posicionamiento refleja tanto los avances en sostenibilidad como los retos que aún enfrenta la ciudad para alcanzar los estándares de las urbes más avanzadas en este ámbito.
Entendemos que vale la pena – y sin ánimo de comparar por capricho- hacer foco en las urbes que vienen consiguiendo buenos resultados.
Copenhague es frecuentemente considerada la ciudad más sostenible del mundo. Su objetivo es ser completamente neutra en carbono para 2025. La ciudad ha invertido significativamente en infraestructura para bicicletas, lo que ha hecho que más del 50% de los habitantes se desplacen en bicicleta diariamente. Además, Copenhague ha implementado soluciones innovadoras en eficiencia energética y gestión de residuos.
Pasemos a Ámsterdam. Allí se trabaja mucho por un compromiso con la movilidad sostenible, con una de las redes de ciclovías más extensas y eficientes del mundo. La capital de Países Bajos avanza en la economía circular, promoviendo la reutilización y reciclaje de materiales y reduciendo el desperdicio.
En Suecia, Estocolmo es un referente en la gestión de residuos y el uso de energías renovables. Con los años, allí se implementó un sistema de peaje urbano para reducir la congestión vehicular y las emisiones de carbono, y su política de construcción sostenible ha sido clave en la reducción del consumo de energía.
Vancouver nunca detiene su ambición de ser la ciudad más verde del mundo. Su plan «Greenest City 2020» incluye objetivos ambiciosos en cuanto a la reducción de emisiones, el aumento de espacios verdes y la promoción del transporte público. La hermosa ciudad canadiense del Pacífico también se abastece en gran medida de energía hidroeléctrica.
Veamos a Zúrich. Originalmente líder en la implementación de políticas de sostenibilidad, incluyó la movilidad eléctrica, la eficiencia energética y la preservación de áreas verdes. Zürich adoptó un enfoque integral de su planificación urbana y fuerte promoción de estilos de vida sostenibles.
Buenos Aires permenentemente avanza en varias áreas relacionadas con la sostenibilidad. Todavía enfrenta necesidades significativas en comparación con las ciudades líderes. pero ha desarrollado una extensa red de bicisendas y un sistema de bicicletas compartidas y una aún poco reconocida mejora en el transporte público con la implementación del Metrobus. Sin embargo, la ciudad todavía tiene que lidiar con una alta dependencia del automóvil y congestión vehicular.
Los programas de reciclaje y separación en origen que se establecieron en Buenos Aires son verdaderamente importantes. Ocurre que la tasa de reciclaje sigue siendo baja en comparación con las ciudades líderes. La gestión de residuos es un área que requiere la participación de la población de un modo más activo.
Buenos Aires ha empezado a adoptar fuentes de energía renovable y tiene una buena cantidad de espacios verdes por habitante, especialmente en algunas áreas de la ciudad. La distribución de estos parques no consiguen beneficiar a un grupo de habitantes que se aglomeran en algunos barrios muy densamente poblados. No obstante, la distribución de estos espacios no es equitativa en todos los barrios, y la expansión urbana ha amenazado algunas áreas naturales.
Buenos Aires ha mostrado un progreso significativo en ciertas áreas de sostenibilidad, pero aún tiene un largo camino por recorrer para alcanzar a las ciudades líderes mundiales. Las políticas de movilidad sustentable y gestión de residuos, junto con una mayor adopción de energías renovables, son áreas clave donde Buenos Aires podría centrarse para mejorar su posicionamiento global en sostenibilidad