Si es la Ciudad de Buenos Aires la que hace converger a casi todas las líneas férreas de la Argentina, es la misma ciudad la que debe liderar el factor QVT* para la recuperación de la líneas ferroviarias que quedaron anuladas.
Es importante tomar en cuenta que la pérdida de líneas activas de ferrocarril no sólo se produjo en el enfrentamiento gremial entre los sindicatos ferroviarios y el entonces presidente prescindible Carlos Menem. Ya en los tiempos del iletrado gobierno militar del 76 -una hipócrita dictadura a la que unos pocos gurúes dominaban con falsas teorías de ensueño- redujo inmensamente la red argentina de ferrocarriles. Incluso en 1958 (en otra etapa de facto ¿de qué otro modo iba a ser) se cerraron ramales de exquisito trazado estratégico, como el corredor lechero Magdalena-La Plata, que centralizaba el trabajo de los tamberos del área Gándara. Esa primera vía muerta se obtuvo gracias al lobby (y muchas otras cosas, algunas raras) que realizaba una empresa de capitales alemanes, instalada en la Argentina, fabricante de camiones, que se identifica con una estrella de tres puntas envuelta en un círculo.
El factor QVT* debe ser ungido en la Ciudad de Buenos Aires, ya que porteños y granbonaerenses (porteños, también, ya que el GBA también es bañado por el Río de la Plata y tienen varios puertos) aún gozan de las grandes estructuras de 6 ferrocarriles principales que movilizan a las personas que viven en el conglomerado urbano, confirmando -sólo con eso- que la estructura para alcanzar la mayor calidad de vida, la sigue teniendo el bloque CABA-GBA por encima del resto del país. El problema radica en que esa infraestructura, como era vulnerable, fue vulnerada y, como era costosa de mantener, los que la quieren fácil, la dejaron abandonada.
Diario 5 presentará las bases de registro personal de adherentes al Factor QVT* durante el mes de noviembre de 2016. Participarán las webs asociadas y se promocionará en otros medios de comunicación. La sociedad, con derechos y obligaciones, deberá ser la que ponga en marcha la recuperación definitiva de las líneas férreas argentinas y el lanzamiento de líneas nuevas, tanto de carga como de pasajeros.