• Diario 5 -Buenos Aires, miércoles 21 de mayo de 2025

Los años de Leon XIV en el Perú.

El Papa León XIV, conocido como Robert Francis Prevost, marca un hito en la historia de la Iglesia católica al ser el primer Pontífice estadounidense con doble nacionalidad. Nacido en Chicago, Estados Unidos, León XIV posee también la ciudadanía peruana, fruto de más de cuatro décadas de profundo vínculo con el país andino.

Robert llegó a Perú en 1985, enviado como misionero de la Orden de San Agustín a la región de Chulucanas, en Piura. Desde su arribo, comenzó a forjar una conexión inquebrantable con el pueblo peruano. Su labor inicial se centró en la misión agustiniana de Chulucanas, donde ejerció como vicepárroco de la Catedral Sagrada Familia y canciller, destacándose por su cercanía con las comunidades rurales.

En 1988, Prevost fue trasladado a Trujillo, donde asumió el rol de director de formación para los aspirantes agustinos de los vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. Durante esa etapa, también fue maestro de profesos y prior de la comunidad. Su vocación de servicio pastoral lo llevó a involucrarse activamente en programas sociales, especialmente aquellos destinados a combatir la desnutrición infantil y apoyar a las poblaciones más vulnerables.

Tras casi una década en Perú, Prevost regresó a Estados Unidos en 1999 para asumir el cargo de Prior Provincial en Chicago. Sin embargo, su vínculo con el país no se interrumpió. En 2014, el Papa Francisco lo nombró Administrador Apostólico de la Diócesis de Chiclayo. Un año después, fue ordenado obispo titular, ya con la ciudadanía peruana concedida en agosto de 2015.

Durante su etapa en Chiclayo, se destacó por su cercanía con la comunidad. Los habitantes de la “Ciudad de la amistad” lo recuerdan como un pastor comprometido, siempre dispuesto a escuchar y a tender la mano a quienes lo necesitaban. Lideró campañas humanitarias durante desastres naturales, como las inundaciones provocadas por lluvias torrenciales, y fue un ferviente promotor de la unidad social en momentos de crisis.

Un líder en tiempos difíciles

Fotos que muestran los años de actividad de León XIV como Monseñor Prevost al frente de la Diócesis Chiclayo, en el Perú.

La trayectoria de Prevost en Perú coincidió con periodos de gran convulsión política y social, como la crisis inflacionaria del gobierno de Alan García y la violencia terrorista. En la década de 1990, mientras Alberto Fujimori gobernaba con mano dura, Prevost manifestó públicamente la necesidad de reconciliación y justicia. En 2017, cuando el exmandatario fue indultado, Prevost, ya como obispo, pidió que se ofrecieran disculpas directas a las víctimas de violaciones a los derechos humanos.

El Papa de la paz: un mensaje para el mundo

Al asumir el pontificado, León XIV no olvidó su vínculo con Perú. En su primer discurso en Roma, dedicó un saludo especial a Chiclayo, agradeciendo el acompañamiento y la fe de sus habitantes. Sus palabras resonaron con especial emoción en la comunidad, que celebró su elección como Papa con muestras de gratitud y orgullo.

Además, el legado de Prevost en el país incluye su participación en la Conferencia Episcopal Peruana, donde ocupó el cargo de vicepresidente segundo y promovió el diálogo en temas sociales y educativos. Su vocación misionera, su defensa de los derechos humanos y su cercanía con el pueblo peruano quedaron profundamente grabados en la memoria colectiva.

Prevost, en Chiclayo, 2020

A pesar de su popularidad, el nombramiento de León XIV no estuvo exento de polémicas. La organización SNAP lo acusó de encubrimiento en casos de abuso sexual durante su etapa en Chicago, pero el periodista Pedro Salinas desmintió estas denuncias, atribuyéndolas a intentos de desprestigio por parte del grupo Sodalicio, a quien Prevost enfrentó abiertamente en defensa de las víctimas.

En definitiva, León XIV lleva consigo un legado de fe y servicio que trascendió fronteras. Su amor por Perú sigue vigente y su trayectoria pastoral es, sin duda, un testimonio del poder transformador de la vocación misionera.

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