
Evitar la discriminación no es tomar una moneda y ayudar a un ciego en la puerta del templo…
… aunque jamás estará mal visto un acto de caridad, sobre todo cuando somos concientes de las necesidades de otro.
Evitar la discriminación tampoco es encajar en programas de TV con grandes producciones a personas que llaman la atención por lo diferentes que se las ve…
Ni tampoco se evita la discriminación porque nos sintamos cerca de aquellas personas que, en la sociedad, siempre corren ese riesgo…
Por ejemplo, ese eterno remarque tipo “yo tengo un amigo judío”. A propósito… se suele escuchar aunque sea por vicio, decir: “yo tengo un amigo sordo”?
¿Tenemos amigos que necesiten de nosotros un poco de lo que nos necesitan los amigos “de siempre”? Para los que pueden reflexionar sobre este tema, les hacemos saber que la capacidad de Carlos Mello, nuestro histórico compañero en os medios, para la siembra de la amistad, es ilimitada.
Cuando alguien como él siembra, siembra en grande. Y la cosecha de amigos va mucho, mucho más allá del brindis de un 20 de julio.

Así queremos presentarnos, ante quienes todos los días desean, como nosotros, aprender algo más para combatir la discriminación…
Llega el Día del amigo. Y para quienes tienen la costumbre de saludarse con sus amigos en la fecha que los homenajea, vale la pena, desde ahora, comenzar a recaudar -dentro de la lista de los habituales- los nombres de las personas con discapacidad que conforman nuestro puñado de amigos. Los otros, no necesitan que el saludo sea tan urgente. Los amigotes de siempre no dejan de ser nuestros amigos si los hacemos esperar o si los dejamos fuera de la lista del día. Y si, en tu caso, coincide que la persona con discapacidad a la que yo te pedimos que incluyas entre los jerarquizados, sea ese amigote de siempre, chapeau, maestro: la redacción te enviará la botella para brindar el viernes 20.