El miércoles 14 de diciembre, los habitantes de Buenos Aires tendrán la oportunidad de ingresar a uno de los festivales de creación plástica a mente abierta más sorprendentes, maravillosos e impredecibles que se hayan organizado. El museo de los mundos imaginarios será una súper colectiva que integrará a sagrados, consagrados y consagratorios, es decir a monstruos sagrados de la imaginación al servicio de su arte, plásticos de máximo prestigio y reconocimiento internacional y jóvenes de talento demostrado y desbordante, ávidos de seguir creciendo y obteniendo reconocimientos.
En 2014, el MAR de Mar del Plata ya albergó este trabajo de curaduría del experimentado Rodrigo Alonso. La llegada de esta muestra al ámbito porteño está vinculada al Convenio de CooperaciónCcultural de Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires. El Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires ofreció, para el Centro Cultural Recoleta para realizar la muestra.
Se inaugurará el miércoles 14 de diciembre a las 19.00 y durará hasta el 24 de abri de 2017. Ocupará las salas Cronopios, J y C.
Quién si no JLB. Los organizadores aseguran que El libro de los seres imaginarios de Jorge Luis Borges, lleno de disparadores de emociones múltiples, inspiró el título de la muestra, dejando aclarado que no se trata de una ilustración de la propia obra de Borges. Textualmente expresan: “Más bien es una extensión de su proyecto al ámbito de las artes visuales, una suerte de inventario de productos de la imaginación de artistas locales de diferentes épocas, clásico y contemporáneo”.
Es lógico. De haber pretendido ir detrás del pensamiento de Borges para procurar darle una imagen visible, se habría cometido un acto de contradicción sacrílega en función de lo que debe ser auténticamente imaginario.
Hay de todo entre lo que se va a observar. Perfecciones lumínicas, fuego jugando con el aire, perfectos muebles a la intemperie, espacios dentro de otros que no lo son, climas de detenimiento del tiempo, de los tiempos, construcciones cíclicas y centenares de juegos sensacionales, sensoriales y protosensitivos. Frescos, neutros y disparadores de sensaciones, tanto de aires felices como de pechos angustiados. De dominios y de libertades. Así, hasta “casi” el infinito.
La exposición lleva como nave insignia a Xul Solar, quizás el mago de la plástica argentina más indiscutido para alcanzar mundos imaginarios. Xul (Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari) nació el 14 de diciembre de 1887, en San Fernando y siempre fue un hombre cercano al Río de la Plata y al delta del Paraná. Murío en Tigre el 9 de abril de 1963. Fue amigo de Jorge Luis Borges, lo que lo ubica aún más lejos del resto de los humanos en cuanto a conocer el camino que lleva a cualquier maravilla desde la mente.
Falta poco. Centro Cultural Recoleta. Miércoles 14. Los otros artistas