En la Buenos Aires de hoy “sigue habiendo esclavos ”, dijo ayer el cardenal Jorge Bergoglio, durante una misa que brindó en La Alameda, una cooperativa de trabajo que lucha por la mejora en las condiciones laborales de los sectores más desprotegidos.
Una buena jugada del arzobispo de Buenos Aires en La Alameda justo alas puertas de cumplirse cinco años del incendio del taller textil de la calle Luis Viale
Aquella vez, una bisagra en la conciencia de la población argentina sobre el trabajo esclavo, murieron una mujer y cinco chicos.
“Una vez dije que lo que nos enseñaban en el colegio, que la Asamblea del año 13 había abolido la esclavitud, eran cuentos chinos . En esta Buenos Aires tan vanidosa, tan orgullosa, sigue habiendo esclavos, sigue habiendo esclavitud . Todo se arregla en una Buenos Aires que es coimera, es coimera de alma , y el recurso a la coima tapa todo”. Guau! El obispo, mejor que nunca. Miralo, vos.
Bergoglio ya venía trabajando en el tema: ayer fue la tercera vez que visitó La Alameda y viene dando misas por este tema en varios lugares, como cuando se lanzó “No Chains” desde la cooperativa.
El diario Clarín recuerda que en julio del año pasado Bergoglio dio una misa en el hall central de al estación Constitución “por una Patria sin esclavos ni excluidos ”.
También destacan la actitud del obispo los diarios que apoyan al gobierno nacional, como Página 12 y Tiempo Argentino.
Sigue el Cardenal ante la presencia de cartoneros: “Justicia por estos hombres y mujeres sometidos a la trata de personas en cualquiera de los rubros: talleres clandestinos, prostitución, chicos sometidos en trabajos de granjas y los cartoneros que viven de las migajas que caen de la mesa de los satisfechos.”
Otro pasaje: “por los que están aquí y tienen coraje. Los que arriesgan la vida a cada instante para luchar por la justicia y denunciar que en Buenos Aires todavía hay mucho trabajo esclavo. Que Dios los fortalezca, que Dios los mantenga allí en esa lucha por el hermano, por la justicia, una lucha por el amor de Dios”.
Bien por el Obispo de Buenos Aires. Hay que hacer mucha fuerza en contra de este flagelo, cuyos manipuladores no sólo parecen no tener escrúpulos, sino que son escurridizos frente al accionar de los investigadores que pretenden someter sus testículos, lamentablemente, a la sola acción de la justicia y no a la de mis zapatos.
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