Buenos Aires dio inicio a la operación de la primera línea de buses totalmente eléctricos, un paso significativo hacia la modernización del transporte urbano y la reducción del impacto ambiental. El recorrido une Parque Lezama con la Plaza San Martín, atravesando los barrios de Retiro, San Nicolás, Monserrat, San Telmo y La Boca. Las unidades son de 7 metros de largo, con capacidad para 30 pasajeros (13 sentados) y una autonomía de 170 kilómetros por carga completa.
Durante los primeros dos meses, el servicio será gratuito. Los buses eléctricos tienen piso bajo para facilitar el acceso a personas con movilidad reducida, cuentan con cámaras de seguridad, sensores de conteo de pasajeros y un sistema de códigos QR que permite conocer el tiempo de espera. La terminal de carga y mantenimiento está ubicada en el cruce de las avenidas Ingeniero Huergo y Brasil. Además, este servicio será operado exclusivamente por conductoras mujeres.
El recorrido cuenta con 36 paradas y tiene una frecuencia de diez minutos, funcionando de 5.00 a 1.00. La velocidad máxima en el Casco Histórico será de 20 km/h, mientras que en calles comunes y avenidas puede alcanzar los 30, 40 o 50 km/h, según la normativa vigente. Se estima que el sistema transportará alrededor de 500.000 pasajeros al año.
El uso de buses eléctricos representa un avance en la reducción de la contaminación sonora y de gases de efecto invernadero, que en Buenos Aires provienen en gran parte del transporte público. La electromovilidad ya ha demostrado ser eficiente en ciudades como Bogotá y Santiago de Chile, donde los buses eléctricos han mejorado la calidad del aire y reducido significativamente el ruido urbano.
Para el próximo año, la Ciudad planea incorporar dos líneas eléctricas de TramBus, un sistema de transporte similar a un subte en superficie, que conectará el sur y el norte porteño sin necesidad de vías ni catenarias. Este proyecto es parte de una estrategia más amplia para modernizar el sistema de transporte y hacerlo más amigable con el medio ambiente.