• Diario 5 -Buenos Aires, sábado 18 de enero de 2025


Recordando la etapa en la que cualquier punga podía manotear cualquier cosa de cualquier persona y salir corriendo entre los túneles, encontramos como valioso que el porcentaje de pasajeros que considera al subte como un lugar seguro haya crecido del 66% en diciembre de 2013 al 88%, en marzo de 2020 y que continúe en ascenso.

Es que -sin perjuicio de que hoy mismo haya sorpresas- hubo una etapa en la que la inseguridad estaba a la orden del día en lugares en los que todos nos preguntaríamos cómo eso podía ser posible, habiendo una estructura de supuesta seguridad que debería imperdirlo y, sin embargo, sucedía.

Hoy, con la red del modo en que fue establecida, robar en los andenes de subterráneos y a la salida de los trenes, es ir derecho a la bolsa del cazador.

Ahora,la Policía de la Ciudad tiene una experiencia, un ritmo y una intuición especial cuando recorren las estaciones y los coches de todas las líneas.

La instalación de 1920 cámaras de alta definición en la red, con monitoreo permanente en el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad y en las estaciones Independencia de las Líneas C y E, configura el punto de completud de un sistema que requería un engranaje de control absolutamente propio y personalizado, que hoy funciona con fluidez.

Se sumaron el centro de procesamiento de datos en el Taller Polvorín, de la calle Emilio Mitre y la instalación de más de 650 cámaras en los mismos trenes, 12 videowalls con información para usuarios y 160 pantallas de chequeo en directo de las imágenes de las cámaras de las estaciones que pueden ser observadas por los propios usuarios del Subte.

 

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