En el acto de anunciar el segundo traslado de animales del saliente Zoo porteño -y pronto Ecoparque- Horacio Rodríguez Larreta estuvo acompañado del ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, el Rabino Sergio Bergman y el ministro de Modernización, Innovación y Tecnología porteño, Andy Freire. El lugar de destino de los ejemplares que pueden ser trasladados sin correr riesgos es el refugio misionero de animales silvestres “Güirá Oga”.
No es exagerado el concepto del Jefe de Gobierno de la Ciudad, al remarcar que se trata de un «cambio histórico”. Efectivamente, por fin llegó a Buenos Aires el universal criterio de evitar los zoológicos urbanos, los encierros innecesarios de animales y los movimientos forzados del ecosistema en nombre de la educación y del entretenimiento de los niños. Todo eso ya tuvo varias comprobaciones en el mundo que demostraron su resultado negativo a la hora de sacar cuentas y establecer una balanza de puntos buenos y malos por la conservación de museos de animales vivientes.
Rodriguez Larreta aseguró que en la ciudad «estamos dando un paso muy importante» al derivarse 33 ejemplares de distintas especies al refugio de la Provincia de Misiones, cuyo prestigio, ganado por el cuidadoso trabajo desarrollado por sus miembros, tiene alcance mundial, especialmente por el reconocimiento de varias universidades, instituciones ecológicas y, por supuesto, empresas turísticas.
El otro punto importante tratado por Rodríguez Larreta, Bergman y Freire fueron las 31.500 sugerencias de vecinos de la Ciudad acerca de qué hacer con el Ecoparque a partir de ahora. Una sociedad involucrada en las decisiones referidas a la nueva función de un predio que abarca desde una historia rica y un presente efervescente hasta un futuro importante, siempre es mejor que una apática e insensible. El gran Jardín de Av. Las Heras, Av. Sarmiento, Av. del Libertador y República de la India tendrá un destino democrático y dejará de ser, parafraseando a Bergman en su alocución, un Zoológico Victoriano.
De todos modos, los traslados no abarcarán a todos los habitantes. Ya había sido noticia el fallo de la Cámara que determinó que la futura institución que ocupe el espacio del actual zoo, deberá velar por el bienestar de la orangutana Sandra, que se quedará en Palermo, ya que está comprobado el efecto letal que tendría para ella un cambio de hábitat. Sandra y -aproximadamente- otros cien ejemplares continuarán viviendo en el histórico jardín porteño con baho la responsabilidad de las autoridades del futuro Ecoparque.