La verdad es que no es la primera que existe una medida parecida. Sí es necesario a clarar que la jerarquñia de la restricción -esta vez- se muestra algo más poderosa. Y es que los flancos para el cambiuo de conciencia hay que utiliozarlos todos y agotar todas las instancias como para que en Buenos Aires todos comprendan que la circulación en automóvil particular es un lujos que sólo están asumiendo quienes tienen mucho dinero para pagarlo, por lo que, en la mirada del GCBA, se hace necesario aumentar el precio para tal osadía.
Retiro, el Casco Histórico, el cuadro Av. Santa Fe – Carlos Pellegrini – Av. Belgrano Av. Paseo Colón, queda sólo para el transporte público, los peatones, las bicicletas y esos personajes insoportables que miran al resto de los ciudadanos con aires imperial, desde los automóviles con una autorización totalmente diferente a la de los vehículos que transportan a personas con discapacidad, chicos en edad escolar, combis de comitivas o grupos turísticos.
Son, habitualmente, banqueros y personal jerárquico de los mismos bancos o funcionarios públicos. Y ellos, entre sí, se combinan de una rara manera cuando aparecen en el microcentro: Son muchísimos pero como no van a trabajar os 5 días hábiles de la semana, siempre hay comodidad para que sus ostentosos automóviles pasen entre los bolardo y lleguen al garage de destino.
Vale que todos le hagamos saber al gobierno que siempre el privilegio molesta a los que pensamos y dispara resentimientos en quienes se perjudican por por tales prebendas. Ya los sabíamos. Les van a dar autorización a los de siempre y pagaremos las incomodidades los de siempre
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