Sólo hay un camino para que -en colegios y escuelas- los chicos y chicas con mayor capacidad de imponerse sobre los demás no lo hagan de manera permanente, por deporte o por el solo hecho de querer causarles un daño a los chicos o nenas de personalidad más vulnerable y con su capacidad de defensa aún sin desarrollo: Que todos los involucrados en el proceso educativo estén atentos y corten estas conductas en el mismísimo momento en que se manifiestan.
Cada 2 de mayo se conmemora el Día Internacional contra el Bullying y el Acoso Escolar. Aún hay mucho para trabajar en una problemática que, lejos de ser una “etapa” o una “broma”, deja huellas profundas en la infancia y la adolescencia.
En la Argentina, la situación es alarmante: un informe de UNICEF revela que 3 de cada 10 niñas, niños y adolescentes son víctimas de acoso escolar, y 7 de cada 10 han presenciado situaciones de violencia en los entornos escolares .
El bullying no se limita a las agresiones físicas; incluye burlas, exclusión, amenazas y, cada vez más, el ciberacoso, que amplifica el daño a través de las redes sociales. Lo más preocupante es que, según datos de UNICEF, el 80% de los estudiantes que sufren bullying afirmaron que al menos un adulto sabía lo que pasaba y no intervino .
Para abordar esta problemática, el gobierno argentino lanzó la campaña nacional “Argentina contra el Bullying”, que busca concientizar y capacitar a la sociedad sobre esta forma de violencia. La campaña invita a la población a visibilizar la problemática y ofrece líneas telefónicas de atención para informar situaciones problemáticas en el ámbito educativo .
Argentina.gob.ar
El bullying es un fenómeno grupal que involucra a agresores, víctimas y testigos. Por eso, es fundamental que toda la comunidad educativa se involucre en la construcción de entornos escolares seguros y respetuosos.
Como en todos los casos en los que hay un victimario y una víctima, el silencio y la indiferencia también son formas de violencia. Pero es la estructura educativos, tanto estatal como privada la que debe intervenir, acompañar y educar en el respeto.