Venimos de una época en la que las fotografías incorporadas a la comunicación de mensajes estuvieron siempre ceñidas a reglamentaciones y leyes de propiedad intelectual, derecho de uso de imagen personal y reconocimiento de crédito al autor del disparo de cámara.
El aluvión de la IA, una múltiple combinación de las tecnologías más avanzadas. está cambiando algunos criterios. Como parece haber «cierta aceptación» en ver representaciones humanas cumpliendo el rol de personas en carne y hueso, algunos negocios virtuales no desaprovechan la increíble oportunidad de ahorrarse modelos, fotógrafos, productores y editores.
Las imágenes creadas por inteligencia artificial (AI, en inglés), como las generadas por plataformas como DALL·E, suelen ser consideradas libres de derechos de autor, dado que no son producto de una creación humana directa. En general, las leyes de propiedad intelectual en la mayoría de los países están estructuradas para proteger las creaciones hechas por seres humanos, lo que deja a las producciones generadas por algoritmos fuera del alcance de los derechos de autor tradicionales. Sin embargo, esto no significa que su uso esté completamente exento de regulaciones o que no existan otras consideraciones legales.
Una de las principales cuestiones a tener en cuenta es el cumplimiento de los términos de servicio de las plataformas que ofrecen la creación de imágenes por IA. Por ejemplo, los usuarios que generan imágenes en plataformas como DALL·E deben atenerse a las condiciones que establece la empresa que las proporciona, como OpenAI. En muchos casos, estas plataformas permiten el uso comercial de las imágenes generadas, aunque podrían haber restricciones sobre cómo se distribuyen o en qué contexto se utilizan. A veces se exige atribución o se prohíbe el uso de las imágenes en ciertos tipos de contenidos (como publicidad engañosa o en situaciones que infringen otras leyes).
A pesar de que las imágenes creadas por IA no están protegidas por derechos de autor, pueden surgir problemas legales si estas representaciones imitan o se asemejan a personas reales o marcas registradas. Por ejemplo, si una imagen generada por IA reproduce de forma significativa la apariencia de una figura pública o el logotipo de una marca conocida, puede haber conflictos relacionados con derechos de imagen o marcas comerciales. La creación de imágenes de personas que no existen, pero que pueden parecerse a figuras públicas, puede estar en la zona gris de la ley, especialmente si se utiliza para fines comerciales o de desinformación. Este tipo de uso podría dar lugar a acciones legales por difamación, invasión de privacidad o competencia desleal.
Además, es importante tener en cuenta que algunos países están comenzando a establecer regulaciones específicas sobre el uso de imágenes generadas por IA, especialmente en lo que respecta a la creación de deepfakes o contenido manipulado que puede engañar al público. Las leyes sobre desinformación y manipulación de medios están siendo cada vez más estrictas, y las imágenes generadas por IA pueden ser objeto de atención bajo estas normativas, especialmente si se utilizan de manera que pueda afectar la reputación de individuos o generar confusión.
Por lo tanto, aunque las imágenes generadas por IA no están protegidas por derechos de autor, su uso no está exento de responsabilidad legal. Los usuarios deben ser conscientes de las restricciones de las plataformas y las posibles implicaciones legales al utilizar estas imágenes, especialmente en contextos comerciales o públicos