El «Día del Hermano» en la Argentina, celebrado el 4 de marzo, no tiene un origen oficial o claramente documentado. A diferencia de otras celebraciones internacionales, esta fecha no parece estar vinculada a un acontecimiento histórico, religioso o cultural específico. La elección del 4 de marzo podría ser una decisión arbitraria o surgir de alguna iniciativa que no alcanzó notoriedad en su momento.
En comparación, la fecha internacional del 5 de septiembre está claramente vinculada al aniversario del fallecimiento de la Madre Teresa de Calcuta, en honor a su figura fraternal y solidaria. En la Argentina parece haber decenas de medios de comunicación (no escrachamos) que hacen referencia a que la fecha también se vincula con la famosísima monja pero nadie da una señal que nos permita conocer por qué la fecha es otra.
Como a los hermanos hay que celebrarlos siempre, está bien: vale el día para que entre ellos se saluden y se manifiesten mutuamente con el amor que los une y vincula desde siempre. Y se haga costumbre.
Ahora, es necesario que vayamos pensando en brindarnos cierto atisbo de seriedad a nosotros mismos y que no nos quedemos ajenos del por qué de las cosas. Acostumbrarnos a no pretender saber nada de lo que nos sucede alrededor es una más de tantas formas de hacernos dependientes de voluntades ajenas.
El no preguntarnos ciertos por qué, nos deja bastante cerca de no interesarnos por nosotros mismos.
Por otro lado, el 10 de abril en los Estados Unidos se celebra el «National Siblings Day». Esta fecha fue establecida en 1995 por Claudia Evart, una mujer que perdió a sus dos hermanitos, Alan y Lisette. Para recordarlos y destacar la importancia de los lazos fraternales, Evart eligió el 10 de abril al coincidir con el cumpleaños de su hermana Lisette. La celebración va detrás de la valoración del vínculo especial entre hermanos, promoviendo amor, apoyo y gratitud. No es un feriado federal oficial pero en varios estados se reconoce formalmente el día.
Como la Siblings Day Foundation, liderada por Evart, trabaja para promover ese reconocimiento global de esta fecha, estamos en condicines de anticipar que lo va a lograr.
¿Por qué?
Primero, porque trabaja en ello. Claudia pone interés en que se conozca un motivo que bien puede ser abrazado por los demás a modo de identificación para alcanzar una empatía definitiva y que la fecha se aceptada.
El otro motivo es la claridad. Todos saben el objetivo de Claudia Evart, mientras que en la Argentina, nadie tiene claro por qué se eligió esta fecha como «Dia de los Hermanos».
Es un lindo motivo para los gestos afectivos, encuentros familiares y compartir fotos y dedicatorias en redes sociales. Y si ha ganado popularidad en otros países, aunque las fechas y celebraciones puedan variar, cada uno de ellos -por lo menos- entiende o sabe por qué es que existe tal fecha. ¿Quién podría negar que la falta de consenso o de un motivo específico detrás del 4 de marzo en la Argentina sería la razón por la cual esta fecha, por lo menos hasta 2025, nadie tiene idea de ella ni le da importancia?