El Jefe de Gobierno, Jorge Macri, ha enviado a la Legislatura un proyecto destinado a modificar y actualizar el Código Urbanístico de la Ciudad de Buenos Aires. Su propuesta busca respetar la identidad de cada barrio, evitando la construcción de edificios que no armonicen con la esencia de cada manzana en las zonas residenciales y promoviendo desarrollos únicamente en avenidas con la infraestructura adecuada.
Esta iniciativa apunta a un crecimiento urbano equilibrado y sostenible, protegiendo la identidad que distingue y enorgullece a los habitantes de Buenos Aires.
El proyecto destaca varios puntos principales. No se permitirá la construcción de edificios que no respeten la escala y la esencia de los barrios residenciales, ajustando las alturas para priorizar las escalas barriales y proteger la identidad de cada barrio.
Los grandes desarrollos solo podrán ubicarse en avenidas con infraestructura de servicios adecuada. Además, la reforma promueve la conservación y revalorización del patrimonio urbano mediante la catalogación definitiva de 4,209 inmuebles con valor arquitectónico que actualmente están en el catálogo preventivo.
El proyecto también impulsa la sustentabilidad urbana y la calidad ambiental del hábitat construido, contribuyendo a contrarrestar los efectos del cambio climático mediante construcciones más permeables que favorezcan el ingreso de aire y sol, y aumentando la superficie de los pulmones de manzana.
Además, se incentiva el desarrollo de centros comerciales barriales cercanos a los vecinos y se establece un sistema de incentivos para el desarrollo de construcciones en la zona Sur de la Ciudad.
Una prioridad del Jefe de Gobierno fue elaborar este proyecto de ley a través de reuniones con vecinos, profesionales, instituciones vinculadas y legisladores. Se realizaron 30 reuniones con vecinos de toda la Ciudad, además de encuentros con instituciones, consejos y profesionales del sector, para asegurar que la normativa esté actualizada y responda a las necesidades de los habitantes.
El Código Urbanístico, sancionado en 2018, estableció una revisión periódica, y ahora comienza el proceso de discusión en la Legislatura. Los pasos del tratamiento incluyen la asignación del proyecto a las comisiones correspondientes, la realización de reuniones de asesores y diputados, y reuniones informativas. Luego, se llevará a cabo el tratamiento y votación en sesión de primera lectura, seguida de una audiencia pública aproximadamente 15 días después. Entre la primera lectura y la audiencia no deben pasar más de 60 días, y entre la audiencia y la segunda lectura no pueden transcurrir más de 90 días, aunque esto puede prorrogarse por resolución. Finalmente, se realizará el tratamiento y votación en sesión de segunda lectura para su aprobación final.