Amamos a nuestros héroes de Malvinas. Para ellos, todo honor y toda Gloria. No pertenecemos a la generación que los pueda traicionar.
No obstante, hasta ellos saben que la Argentina está en plena decadencia.
No. No hay que elegir, porque nuestros dirigentes eligieron por nosotros.
Siempre mal.
Cuando nos mandaron a la guerra a la que ellos mismos no fueron, cuando se apuraron a negociar por el banal e hipócrita mensaje de que perteneceríamos al primer mundo y cuando pretenden demostrarle al mundo que los enviones populistas nos dejan en alguna posición digna frente a cualquier inmaduro que cree que contra los poderosos se actúa con «coraje político y revolucionario». Mientras tanto, boludito criollo, asuma Usted la forma más moderna de esclavitud: inflación sin desarrollo.
Las Malvinas son de los soldados argentinos y de los que se interesan en las Islas Malvinas.
No de la Argentina toda.
Menos que menos de «todes les argentines», forre. (La inmensa mayoría de todes les que hablan el Falso Idioma Inclusivo, ignoran que hoy es una fecha que los transformó en Herederos de la tradición del avestruz, que no quiere ver la realidad)
Los traidores serán señalados. Estén vivos o muertos. Hayan estado o no. Incluso si aún no habían nacido.
Aún falta tiempo para el corte de manga final.