La noticia adquirió característica de revuelo. Y nada de eso debería haber sucedido. La fama de una institución como la AMIA a la que pertenece uno de los afectados, generó repeticiones, inflamiento de noticia y hasta deformaciones informativas, algo bien típico de estos tiempos de máxima irresponsabilidad comunicacional.
La medida es preventiva. Sí, efectivamente hay un funcionario de la Asociación de Mutuales Israelitas Argentinas que viajaba en el mismo avión en que regresó de Italia el hombre que filmó sede el sanatorio todo el proceso de atención que le realizaron, cuando se convirtió en el primer caso en la Argentina de coronavirus.
Y también hay otras personas. Buuuuuu! Y chicos!!! Buuuuuu!!! El factor miedo está arrasando con la poca capacidad reflexiva que les queda a la inmensa mayoría de los argentinos, especialmente por efecto de la acción cotidiana de quienes se dedican a comunicar con micrófono y frente a las cámaras.
La expansión de la enfermedad es realmente seria. Nadie debe llamarse a engaño. Todos lo sabemos. Ahora… ¿todos sabemos los verdaderos niveles de riesgo que está disparando el dengue, mientras nos dedicamos a comprar barbijos a 350 pesos?
Los jinetes de la noticia torcida suelen llegar «en vivo, en directo y en crudo» a las incautas mentes de los argentos tragahumo cuya única fuente de información diaria y de formación educativa para su vida personal, cultural, social y cívica son los noticieros de la televisión. Agua y Ajo, nene. Renovar el carnet de pelotudo sale cada vez más caro.
Spanish (Spain) 
Spanish (Argentina)