• Diario 5 -Buenos Aires, miércoles 19 de marzo de 2025

Varios informes sobre el costo de las vacaciones en Mar del Plata para el verano de 2025 revelan un panorama preocupante para las familias porteñas y de toda la Argentina. Veamos a qué se enfrentan. Hay una amplia brecha entre las opciones más económicas y las más lujosas. Con valores que oscilan entre $450 mil y $3,4 millones para una semana, este destino, tradicionalmente asociado con el turismo popular, parece haber dejado atrás su impronta de accesible.

El contraste entre las categorías de alojamiento y transporte resalta la inequidad en las posibilidades de disfrute vacacional. Mientras que un alquiler básico de un departamento de 2 ambientes combinado con el uso de un auto gasolero puede considerarse una opción moderada, el lujo de un hotel 4 estrellas y vuelos en avión está reservado para un segmento muy reducido de la población. Este escenario no incluye aún los costos adicionales en alimentación, entretenimiento y compras, que inevitablemente incrementan el presupuesto necesario.

Un dato recurrente es la comparación con Río de Janeiro, donde vacacionar resulta similar o incluso más económico en ciertos casos, según los informes. Esto subraya cómo la inflación local y la devaluación del peso han distorsionado los costos del turismo interno, llevando a muchos a optar por destinos internacionales pese a las complicaciones de traslado y cambio de moneda.

Además, el informe refleja un cambio de tendencia: cada vez más argentinos buscan opciones fuera del país, dejando de lado destinos clásicos como Mar del Plata. Este fenómeno responde no sólo al aspecto económico, sino también a una percepción de que el turismo doméstico no siempre ofrece una relación costo-beneficio favorable.

En definitiva, el costo de vacacionar en Argentina parece estar afectando tanto la accesibilidad como el atractivo de destinos tradicionales. Es fundamental replantear políticas y estrategias para fortalecer el turismo interno, buscando equilibrar precios y calidad y promoviendo opciones que no excluyan a grandes sectores de la población. Mar del Plata, como emblema del verano argentino, enfrenta el desafío de recuperar su esencia popular sin sacrificar calidad ni sostenibilidad.



 

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