Con varias expulsiones de delincuentes extranjeros como noticias salientes, un Tripa Gorra Show Reloaded nos pone al día de la actividad policial del mes pasado.
Arrancamos con dos pibes en moto en la General Paz, pensando que eran Valentino Rossi. Se mandaron de picados en la Yama’ gris, con la gorra gritándoles «¡Pará, pará!», pero ni bola. Esquivaron el control y apretaron rumbo Riachuelo. El copiloto, medio kamikaze, se tiró de la moto cerca del Puente La Noria pero -era cantado- lo agarraron a los metros. El otro, en Budge, cayó con la ayuda de la poli de Lomas. Hagamos una encuesta rápida: Terminar con un par de actas por encubrimiento es sacarla barata, ¿sí o no?
La banda de los «dulces mágicos» cayó como piñata. Eran los capos de los brownies locos y las gomitas espaciales, usando Telegram e Instagram para vender. Después de meses de investigación, los encontraron en Boedo con más de 7 kilos de verde, gomitas, caramelos y hasta vapers «especiales». Entraron con la orden en mano y salieron con una colección de THC, semillas, guita, balanzas, celulares y hasta un cuaderno con “la contabilidad mágica”. Chau negocio dulce.
En la Patagonia, la Cueva de las Manos. En Liniers, la Cueva de los celulares afanados. Había 81 smartphones de reciente «adquisición» y unas bolsitas que parecían azúcar impalpable. Hay dos tipos en cana. Cuando la policía se metió al local, de entrada encontró teléfonos «calentitos». Uno hasta advertía en pantalla: «TELÉFONO ROBADO. DOY RECOMPENSA» y un número para contactar a la dueña (lo recuperó, obviamente). Y una de Almodóvar: en pleno operativo, apareció un colombiano con un celu robado bajo el brazo. ¡Ni el código de desbloqueo tenía! Así que todos, celulares, polvo blanco, cueveritos y ratón colombo terminaron de visita guiada a la comisaría.
Grosso-grosso fue el laburo para cazar a la Banda del Gordo de Budge. Es que después de meses de trabajo, los canas los rastrearon desde Flores hasta Ing Budge. Cada vez que querían meter un asalto, tuki! los agarraban. Fue un operativo de otra película, más onda Scorsese: armas, municiones, guita en efectivo, autos, celulares y los cinco delincuentes, incluyendo al “chofer estrella”.
La investigación arrancó en febrero, después del ataque/robo en Flores a un motoquero que transportaba la recaudación de una empresa. División Contravenciones y Faltas en Eventos Masivos comenzó a laburar palo y palo. Cotejaron cámaras y con Anillo Digital junaron que los se pudo establecer el rufianaje se movía en una Volkswagen T-cross y un Renault Logan negro. La camioneta mostró rápidamente un domicilio a allanar, chofer de la banda guardado y mucha investigación buscando cómplices del detenido. Y cayeron. Amantes del hippismo de los 60, vivían todo juntos en Budge. La geolocalización de antenas telefónicas actuó casi casi como insecticida.
En Villa Soldati: Se acabaron el «Bebé» y sus secuaces. Este ostentoso pero impresentable capo de barrio, fue neutralizado en el Complejo Soldati, después de meses de vender y repartir fafafa como si fuera confite. La gorra se metió, agarró al “Bebé”, a su banda, secuestró la merca, las armas y hasta un rifle de aire comprimido. Alguien que le cambie los pañales.
Dos chilenos, delincuentes y con ticket de vuelta. ¡De Monserrat a Providencia en primera! Dos chilenitos, que venían a delinquir y pasearse en tutú robado, fueron embolsados y ya apuntan a la cordillera. Con los discursos del Jefe de Gobierno y del Ministro, quedó claro: acá, si venís a robar, te mandamos de vuelta más rápido de lo que llegaste.
Narcomenudeo en Once: Redada con premio doble. Los muchachos de la División Antidrogas Zona IV se mandaron un allanamiento fino en Alsina al 3000. Cayeron dos vivos —uno, pendex de 21 y otra, veterana de 42— que venían fraccionando y repartiendo polvo en plena jungla de Once. Resultado: 33 dosis de merca, pasta base y unos fajos de marihuana fuera de circulación. De yapa, les encontraron celulares, guita y balanzas.
El juez no perdonó: el pibe se va con un año de prisión en suspenso, pero la doña le pegó tres años y medio en cana efectiva. UFEIDE al mando y las dosis, directo al secuestro. ¡De Once para el mundo!
«Bienvenido y hasta nunca»: Narco peruano en modo volador. El barrio 1-11-14 no aguantó más a Carlos Javier Espinoza, un narco peruano con pasaje directo de Aeroparque a Lima. Tercera vez que caía por narcomenudeo y el gobierno de la Ciudad le aplicó la de «vos te vas». Cargado con coca y fajos, el tipo ya había probado suerte en Cementerio de Flores y volvió a los pasillos de 1-11-14.
La justicia lo acorraló y fue de vuelta a casa con prohibición de regreso. “Acá no queremos forasteros delincuentes”, tiró el jefe porteño Jorge Macri. Suma y sigue para la Ciudad, que ya lleva seis narcos afuera este año.
Mega operativo en la “Saladita” de Constitución: 300 palos en pilcha trucha. La Policía de la Ciudad copó el shopping trucho de Constitución con 165 locales allanados. Resultado: 691 bultos con etiquetas de marcas que jamás pasaron por fábrica, todos por un valor estimado en 300 millones. Además, 136 pibes a disposición de la justicia.
El ministro Wolff dio la cara: “El orden no se negocia; el espacio público es de los porteños y las leyes se cumplen”. La cana prometió seguir limpiando, de Centenario a Once y ahora en Constitución. El orden va en serio.
¡Le cayó la ley a la “Playera Negra”! Una mujer de 21, apodada “la playera negra”, terminó engrampada por robar a sus víctimas tras drogarlas con la vieja modalidad de “viuda negra”. La División Investigaciones de Organizaciones Criminales le cayó en Villa Riachuelo e Ingeniero Budge. Dejó a un pobre tipo con la billetera vacía y un celular menos después de un “encuentro” que terminó turbio.
La piba está imputada y va para adelante con cargo de robo. Moral de la historia: ojo con las citas y con quién se sienta uno a tomar algo.
Homenaje a los héroes caídos: Justicia en suspenso. El ministro Wolff rindió homenaje a los 12 agentes caídos en el último año. “De valientes está hecha esta fuerza”, dijo, pero también exigió que la justicia actúe: de los últimos 12, en seis casos no hay detenidos ni condenas.
Estuvieron los jefes de la Policía y de Bomberos, junto a las familias, porque ellos son quienes sostienen este sacrificio. Y Wolff cerró: “El verdadero homenaje será el día que no falte nadie”. La lucha sigue para quienes dan todo sin pedir nada.