Así está la sociedad, el pueblo, la gente o como queramos llamarnos a nosotros mismos, con esta andanada inflacionaria que todos los días se cobra nuevos compatriotas que caen en la pobreza.
Así están, también, quienes se muestran seguros de sus planes, de sus métodos y de sus convicciones, para pedirnos el voto.
Y hay gente que se siente fuera del problema, que se enorgullece considerando que «ayuda» a algún candidato, defenestrando, insultando o escrachando a otros, casi siempre en redes sociales o desde el micrófono de alguna radio de poca monta.
Hay muchos problemas políticos y una cantidad escalofriante de personas que no caen en la realidad de que nos estamos hundiendo. Nadie está en contra de las buenas intenciones que puedan tener quienes se muestran optimistas. El problema es que hay presentar pruebas para que tal actitud pueda ser considerada la antesala de alguna solución.