Hoy es el primer 20 de diciembre en 21 años en el que los clamores a gritos por reclamos de mejoras sociales de todo orden no se escucharán con la misma nitidez con la que se hicieron notar entre 2002 y 2022.
Cada uno de los años que hemos atravesado, de los últimos 20, el miedo por los -muchas veces justificados- desbordes de la población vulnerable, sin empleo y con problemas de toda índole, desde vivienda hasta el control de su propia salud y la vestimenta y educación de sus chicos, hasta la alimentación intermitente, increíblemente aún sin solución en un país gigante y productor de todos los frutos de la tierra.
Esta vez – y a modo de milagro político para el gobierno- la necesidad de brindar un agradecimiento a la Selección Argentina de Fútbol, que le brindó una alegría inigualable, la mayoría de la población argentina no va a estar tan atenta a sus problemas centrales, dado que este tipo de satisfacciones no se experimentan todos los días.
Zafaron en la Rosada y en el Senado, los que -dicho sea de paso- se pelearon puertas adentro como nunca, por ver si le encontraban algún reditito politiquero a la llegada de los Campeones de Mundo, siempre buscando, chicanas mediante, que lo que se obtenga de beneficio para el grupo político propio, pueda representa un perjuicio para la otra agrupación interna de un gobierno comienza a acelerar el armado de equipaje y a procurar conseguir algún mínimo decoro en su proceso de salida.
Mientras tanto, se observan velitas a San Lionel en la explanada de la calle Rivadavia.
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