Tras la fuga del penal de Rawson, en la Provincia de Chubut, protagonizada por un grupo de presos políticos, con una mayoría de ellos que alcanzó a subir a un avión secuestrado que lo llevaría a Chile, donde estarían bajo la protección del gobierno de Salvador Allende, 19 de esos jóvenes, miembros de las organizaciones armadas de la Argentina de entonces.
El 22 de agosto de 1972 en la base aeronaval de Trelew, 16 prisioneros de diversas organizaciones guerrilleras fueron asesinados por soldados del teniente capitán Luis Emilio Sosa.
Fue la punta del iceberg. Fue el primer ensayo de una metodología que se utilizaría algunos años después por parte del poder militar para el exterminio de la guerrilla opositora que intentó -a través de múltiples operaciones, en su mayoría, de característica terrorista- la toma del poder a través de la fuerza en la Argentina.
Los líderes de las organizaciones lograron llegar al aeropuerto y volar a Chile. Los que no llegaron -o no fueron esperados- se rindieron tras convocar una rueda de prensa en la que, frente a periodistas, magistrados y autoridades civiles y militares, s. Encerrados en la base militar de Trelew, fueron fusilados unos días después. Los militares armaron un relato que aseguraba que los presos habían vuelto a intentar una fuga.
Solo tres guerrilleros sobrevivieron a la masacre de Trelew: Alberto Miguel Camps (FAR, muerto en un tiroteo en 1977), María Antonia Berger (también de las FAR, desaparecida desde 1979) y Ricardo René Haidar (de Montoneros, desaparecido desde 1982) .
Como acto de venganza, un comando del ERP-22 asesinó, en 1973 ,en Buenos Aires, al contraalmirante Hermes Quijada, vocero del comando de Trelew al momento de la masacre.
50 -aparentemente, irreconciliables- años.