• Diario 5 -Buenos Aires, sábado 15 de noviembre de 2025

Profesionales de la salud describen cómo impactan los recortes en la atención en el el principal centro pediátrico público de alta complejidad de la Argentina

No era habitual que los profesionales del Hospital Garrahan salieran a hablar. Siempre primó el bajo perfil. Para muchos, lo más propio de quienes sostienen, con vocación y ciencia, la salud pública. Pero en estos tres meses debieron quebrar el silencio. Médicos, técnicos y trabajadores de un centro de salud considerado Nave Insignia. No hacerlo por reclamo salarial ni por conflictos gremiales, sino para advertir que la situación institucional llegó a un punto crítico, asustó a buena parte de la población. Millones pasaron a comprender lo que significa falta de presupuesto, insumos que se demoran, áreas que funcionan al límite y personal que renuncia sin reemplazo. Esa alarma que sonó desde adentro, se replicó en medios nacionales con testimonios que hasta hace poco eran impensados

“La lucha del Garrahan no es solo por nuestros salarios, sino por el derecho a estar sanos que tienen todos los niños”, resume Pilar Álvarez, fonoaudióloga del servicio de Neurodesarrollo, donde trabaja con chicos que necesitan recuperar el habla o la comunicación tras enfermedades neurológicas.

Álvarez ingresó al Garrahan en 2020, después de completar su formación en hospitales públicos porteños. Desde entonces, forma parte de un equipo interdisciplinario que combina pediatría, psicopedagogía y fonoaudiología para tratar trastornos del lenguaje, la audición y la motricidad infantil. “El abordaje es integral —explica—. No tratamos una patología aislada, sino a un niño y su entorno. Y eso requiere tiempo, equipamiento, insumos y estabilidad en los equipos profesionales”.

Rita Fernández, pediatra e integrante de la Asociación de Profesionales del Garrahan, remarcó para la Agencia Noticias Argentinas que el Gobierno «debería recortar en otras áreas, pero no salud y educación». En ese momento puso énfasis en el estado de alerta para el caso de  no hallar respuestas”.

La jefa de clínica del Garrahan fue la primera dar a conocer que un médico pediatra especialista cobra $1.800.000 y que la hora de guardia se pagaba $6.000, asegurándole al diario La Prensa que esa diferencia era insostenible.

Cuando la situación se seguía mostrando bastante complicada, quien se encargó de ponerlo en blanco sobre negro en los medio fue Mauro García, coordinador médico de la unidad de cuidados intensivos 45. García multiplicó las alarmas cuando por él nos enteramos que el Garrahan enfrentaba «la pérdida de 242 puestos de trabajo”. Lo hizo en declaraciones a airelibre.com.ar, que luego se expandieron en otros medios y viralizaron en redes sociales.

Los que Pilar Álvarez advirtió en un reportaje del diario El Territorio de Posadas, es que la situación se venía agravando: “De los 20 quirófanos que tenemos, funcionan apenas 11. Faltan reactivos, medicación oncológica y materiales básicos». Por otro lado, la fonoaudióloga destacaba que, al ser el Juan Garrahan un modelo de salud pública federal, «no hablamos de un problema local sino de la salud infantil del país”.

Otro de los testimonios importantes en los medios fue la de LA secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos del Garrahan, Norma Lezana. Cuando denunció en A24 que «hay motosierra sobre el nosocomio», al desmentir datos del gobierno sobre la planta de personal, hizo que los ojos y oídos atentos al caso Garrahan se multiplicaran.

El desfinanciamiento, sin embargo, no solo afecta la estructura médica. “Estamos perdiendo equipos interdisciplinarios formados durante años» —lamenta Pilar en otro pasaje con El Territorio. La profesional misionera recordó la estadística negra de lo que sucede cuando un profesional se va al sector privado: «No hay reemplazo inmediato. No se forma un especialista en neurodesarrollo o rehabilitación pediátrica de un día para otro”.

Todos vimos las protestas de los trabajadores del hospital en calles y redes. Pero fueron las notas que su gente fue dando a los medios de comunicación las que pusieron la claridad necesaria para que se comprendiera la profundidad y complejidad del conflicto que por ahora va encontrando, apenas, pequeñas salidas pero sigue buscando una solución.

 

Fuente: El Territorio (Posadas)

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