• Diario 5 -Buenos Aires, domingo 12 de octubre de 2025

Libertad de prensa y responsabilidad gubernamental. Una amalgama relación indispensable para la democracia, que en 42 años no logró consolidarse.

Un comunicado de la Academia Nacional de Periodismo, emitido en el Día Mundial de la Libertad de Prensa, plantea un necesario llamado de atención acerca del vínculo entre el periodismo y el poder político en la Argentina. Allí se sugiere con singular energía que el presidente convoque a conferencias de prensa periódicas, abiertas y respetuosas, subraya la necesidad de un diálogo genuino entre el gobierno y los medios. Esta exigencia no es un mero formalismo, sino un derecho de la sociedad a ser informada de manera veraz y transparente.

Si la importancia de la libertad de prensa en el contexto democrático es innegable, esa misma misma libre condición debe ser innegociable. Para todo y todos: abarca al comunicador y al poder que lo respeta. Abarca al medio y a sus estructuras de financiación. Son las cuatro columnas que deben sostener la honestidad comunicacional del mensaje que llega al público.

Como lo expresa el comunicado, el periodismo cumple la función esencial de informar, opinar y exigir rendición de cuentas de los actos de gobierno. Es esta tarea la que permite a la ciudadanía participar con mayor conocimiento y juicio en los asuntos públicos. Sin embargo, la práctica periodística debe sostenerse sobre principios éticos claros, como el respeto a la verdad, la independencia de criterios y el rechazo de cualquier forma de manipulación o coacción.

Los veinte principios formulados por la Academia constituyen una guía clara para el ejercicio responsable del periodismo. En ellos se refleja la necesidad de mantener una frontera nítida entre la información y la opinión, proteger el secreto profesional, corregir los errores con rapidez y evitar el uso irresponsable de herramientas digitales que puedan propagar información no verificada. La responsabilidad del periodista de no incitar al odio ni caer en expresiones violentas resalta la importancia de ejercer la profesión con conciencia y sensibilidad social.

Este comunicado, lejos de ser una declaración aislada, debe servir de impulso para que el gobierno reflexione sobre su vínculo con la prensa. La democracia demanda transparencia y la rendición de cuentas no debe estar sujeta a preferencias o conveniencias políticas. Facilitar el acceso de los periodistas a la información pública fortalece la legitimidad de quienes ejercen el poder y contribuye a una ciudadanía mejor informada.

El periodismo es un pilar fundamental de la democracia, aunque su fortaleza se hace dependiente, por un lado, del compromiso ético de los profesionales y -en la orilla opuesta- de la voluntad de los poderes públicos de reconocer y respetar su rol. La convocatoria a conferencias de prensa abiertas, sin restricciones, no debe ser tomada como demanda periodística. Hablamos de una obligación gubernamental en un sistema republicano y pluralista.


 

Comunicado en el Día Mundial de la Libertad de Prensa 2025

Ante el reiterado debate sobre la relación del periodismo con el poder, la Academia Nacional de Periodismo considera oportuno volver a difundir el 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, los principios básicos para el ejercicio de la profesión periodística elaborados recientemente por esta institución. Al mismo tiempo, estima necesario exigirle al presidente de la Nación que convoque a periódicas conferencias de prensa, sin exclusiones ni segregaciones, y que responda las preguntas con el debido respeto hacia los periodistas que las formulen. Es obligación del Gobierno rendir cuentas de sus actos ante la sociedad y darle al periodismo el lugar que le corresponde como institución imprescindible de la democracia.

 

Veinte principios permanentes del periodismo

Sobre la base del artículo II del estatuto de la Academia Nacional de Periodismo, sin que signifique una coacción legal, recomendamos a todos los periodistas la defensa de estos conceptos:

1. La viga maestra del periodismo profesional, independiente, ejercido de manera honesta, es una información basada en la verdad.

2. El rol del periodismo en la democracia del siglo XXI es informar, opinar, y hacer rendir cuentas a todos los poderes. La información es un derecho, no una mercancía.

3. El periodista debe resguardar su independencia frente a los gobiernos de turno, otros poderes, las empresas privadas y sus propias audiencias.

4. Se recomienda distinguir la información de la opinión, incluso en las redes personales del periodista.

5. Las noticias deben estar separadas claramente del contenido esponsoreado por empresas, partidos políticos, asociaciones sociales o particulares.

6. La libertad de expresión tiene una limitación de hierro: no incitar al odio ni a la violencia, de modo que deben evitarse las agresiones verbales o escritas.

7. El periodista debe atribuir la información. Siempre que sea posible, debe identificar al emisor con nombre y apellido (“on the record”). Cuando la información es difundida por personas que no quieren identificarse (“off the record”), el periodista debe aportar datos que ayuden a evaluar esa información, siempre que no pongan en riesgo el compromiso de anonimato.

8. Los errores deben ser corregidos e informados a las audiencias lo más rápido posible.

9. El secreto profesional está protegido por el artículo 43 de la Constitución, no como un privilegio personal sino por su función en beneficio del derecho de la ciudadanía a ser informada de manera fidedigna, especialmente cuando se trata de información que los poderes intentan ocultar.

10. Antes de dar a conocer una información que pueda resultar acusatoria, se debe recurrir a las personas o entidades que son objeto de esa información, para que den su visión de los hechos.

11. Deben evitarse los comentarios sexistas, racistas y los prejuicios de cualquier tipo; al igual que las generalizaciones que afecten a personas por su etnia, nacionalidad, ideología, religión, sexo, educación o condición económica, o que se basen en prejuicios de cualquier otra índole.

12. El periodismo profesional rechaza el plagio, los sobornos, las extorsiones y otras prácticas similares. Ningún periodista debe aceptar pagos, retribuciones, dádivas ni privilegios que pudieran influir en el contenido de su trabajo.

13. La búsqueda de primicias no justifica poner en riesgo la vida de una persona, entrometerse en el trabajo de la Policía en una toma de rehenes, ni obstaculizar la labor de los jueces de manera deliberada.

14. Los periodistas darán cobertura a las noticias de interés público de una sociedad democrática. Las personas públicas están sometidas a un mayor escrutinio, pero sus vidas privadas sólo serán de interés cuando afecten al bien común, al uso de los recursos del Estado, a la vida de otras personas, de manera directa o indirecta, o cuando ellas mismas las expongan.

15. En toda noticia se respetará el principio constitucional de inocencia de las personas hasta que el fallo confirme la culpabilidad. No se publicarán fotos ni nombres de menores de edad vinculados a causas judiciales.

16. El uso de cámaras, micrófonos ocultos u otros métodos no convencionales para lograr datos u obtener testimonios puede ser utilizado sólo cuando se viera involucrado un bien o valor público mayor al derecho a la intimidad de las personas; y, además, cuando se hayan agotado los métodos convencionales de búsqueda de información.

17. Las fotografías y los videos deben ser auténticos. Si se realiza un montaje con fines ilustrativos se debe explicitar claramente que se trata de una recreación.

18. Los periodistas deben dar a los datos que les lleguen a través de las redes sociales u otros canales digitales el mismo tratamiento de verificación y contrastación que aquellos surgidos de las fuentes tradicionales de información.

19. Las buenas prácticas periodísticas se recomiendan no sólo para la tarea que los periodistas realizan en los medios sino también para la actividad que desarrollan en sus propias redes sociales.

20. Es obligación de los periodistas respetar las leyes y el sistema que fundamenta y protege nuestra profesión, la democracia republicana, garantía del pluralismo y el respeto a las minorías. Un debate democrático es el que admite la pluralidad de voces y miradas que conviven en una sociedad.

 

 

 

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