Es hoy

Por esta vez, vamos a dejar de lado la inconmensurable lista de motivos por los que una parte de la sociedad, especialmente la que nunca creyó en vos ni te votó, considera que sos un inepto, otra opina que sos un oportunista con olor a corrupto y una tercera que entiende, sin medias tintas, que sos un delirante peligroso.

También, y sólo por esta vez, obviaremos la chorrera de motivos por los que –no importa si justa o injustamente- una parte de tu partido pasó a considerar que sos un okupa traidor, un segundo grupo dice que sos un grano en el culo para los planes de tus mentores y otros aseguran que estás jugando a la perinola con el Obelisco, es decir, que sos un pelotudo.

Lo único que vamos a tomar en cuenta, en esta oportunidad, es que hoy, 24 de marzo de 2023, perdiste la oportunidad de tu vida, por estirar el placer de tu ego, no tan parecido al de Perón como al de Nerón. Sólo que nadie te ve demasiado emperador, aunque sí bastante incendiario.

Hace poco más de un mes tenés en vilo a todos tus cumpas con la idea de que vas a presentarte a la reelección presidencial. Si de verdad estuvieras dispuesto y predispuesto a semejante simpático empredimiento, tenés en claro que deberás atravesar un pantanal aún mayor al que te vienen sometiendo desde que aceptaste ser un testaferro del mando, con lapicera de tinta aguada.

No estás dispuesto, Alberto. Nos estás mintiendo tontamente a todos. Estás mintiendo para flotar unos meses más, como quien tiene saldo casi cero en la caja de ahorro y les vas a terminar dando el gusto a los que te piden dar el paso al costado. Pero lo vas a hacer fuera de tiempo. Tarde, al pedo y de manera insuficiente. ¿Por qué? ¿Y qué sería lo contrario de eso? Respuesta: Hacerlo a tiempo, darle un sentido a la decisión y que la acción sea completa.

La renuncia es hoy. Pero no la renuncia a la candidatura por la reelección, nene. Hablamos de tu renuncia a la Presidencia de la Nación. Irte, tranqui, a tu casa. ¿Cambia en algo la andanada de basureo que te vas a comer desde el 11 de diciembre (o desde el día de las mismísimas elecciones, que va a ganar otro) dentro de tu ya pulverizada alianza, con que te puteen ahora?

En nada.

Es el momento de que le dejes el poder a Cristina.

Ella, va a tener la destreza de recuperar la economía, la seguridad, la educación, la salud y las oportunidades perdidas que vos no lograste. Seguramente no alcanzaste los objetivos porque te debe faltar su muñeca, su pericia y su batería de criterios de gran estadista.

Dale ya la oportunidad Alberto! Renunciá y colgá todo hoy! Nadie va a tomar tu salida como un fantasma del helicóptero. Nada sería comparable, sobre todo si te vas hoy. Ya. En la madrugada.

Alberto… reaccioná, carajo! ¿Me vas a decir que no te sentaste con Aníbal a fantasear que Cristina se vea obligada a asumir un gobierno que ella misma niega, justo un 24 de marzo?

Me cago en tu ego, Alberto. Miles buscan ser Perón y vos terminarás siendo Nerón. Perdiste la oportunidad de saltar de sapo a Príncipe. Seguí hasta el 10 de diciembre, que tu calvario mayor, seguramente comenzará después.