Edesur, un fracaso.
Los días de cortes de energía interminables que sufrió Buenos Aires, aparte de llevarnos a observar la ineficiencia del sistema y de la empresa Edesur, hay varias cosas que -por ahora- mantendremos en el tintero pero que son exigibles a una compañia de energía, ya que hemos entendido que aparte de ganar demasiado dinero con la tarifa que pagamos y el subsidio, estas empresas deber demostrar su contribución a los esfuerzos de salvar el planeta.
Pero esta gente, al igual que las petroleras, debe estar atenta al cambio hacia fuentes de energía renovables, para reducir su huella de carbono y generar inversiones en prácticas sostenibles como la reforestación, la agricultura sostenible y la protección de los hábitats naturales para mitigar el impacto de sus operaciones en el medio ambiente.
Si Edesur participara en la defensa del clima y apoyara políticas que promuevan la energía renovable y reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, también tendría una buena performance de eficiencia en la distribución de electricidad en una ciudad inmensa como Buenos Aires y sus ciudades vecinas.
«Ni chicha, ni limonada» es la realidad productiva de esta elefantiásica empresa.