Qué significa que la educación sea el factor para que todo lo demás vuelva a funcionar más o menos aceptablemente en la Argentina? Una respuesta podría ser que el conjunto de la sociedad se sume a la decisión política que tome alguien con poder y consenso, como para que la estructura educativa y el flujo de formación en todos los niveles nunca más vuelva a decaer.
No importa dónde se estudie. Sí, que dondequiera que se elija que un niño comience su ciclo de formación, haya vocación, criterio de continuidad y un nivel de responsabilidad tal, que le brinde -en todos los órdenes- tranquilidad a los padres. Y esa pauta la pueden cumplir la educación estatal y la privada, sin la más mínima capacidad de discusión, por lo menos entre personas que no andan buscándole el pelo al huevo para imponer algún interés extraeducacional.
La elección entre educación pública y privada depende -en última instancia- de las preferencias y circunstancias individuales. Ambas opciones tienen ventajas y escollos. Y es preferible considerarlas antes de tomar un rumbo.
La educación pública está financiada por el dinero que los ciudadanos -en su calidad de contribuyentes- aportan a los estados nacional, provinciales y municipales y que administran los gobiernos de estos estados. Esta forma de educación está abierta a todos los estudiantes, especialmente dentro de un área geográfica particular, para que no sea un incordio el transporte. En la Argentina no existe el concepto norteamericano de que las escuelas públicas son generalmente más grandes que las escuelas privadas y ofrecen una amplia gama de programas académicos, actividades extracurriculares y servicios de apoyo. Las estructuras físicas de la mayoría de los colegios son edificios más o menos amplios pero encapsulados en medio de las grandes urbes, empezando por la propia Ciudad de buenos Aires. Por supuesto que la educación pública está -teóricamente- al alcance de todos y la privada no. Nunca hay que dejar de tomar en cuenta que otros compatriotas nos están financiando la educación de nuestros hijos. Esto implica asumir que -gracias a la educación que el estado les brindó- alguna vez ellos serán que financien a los estudiantes del futuro.
Y, como si todo fuera poco, algunas escuelas públicas tienen una sólida reputación por su excelencia académica.
La educación privada se financia con las tasas de matrícula, cuotas y donaciones. No es, naturalmente, accesible para toda la población. En la Argentina no es cierta -o por lo menos no coincide- la teoría internacional del S XX que asegua que las escuelas privadas son generalmente más pequeñas que las públicas.
Algunas instituciones formativas privadas e independientes pueden ofrecer programas más especializados o enfocarse, por ejemplo, en una filosofía educativa o tradición religiosa en particular. No obstante, la atención más personalizada y un programa académico más riguroso que el de las escuelas públicas, terminan resultando beneficios relativo. Así y todo, nada cambia que cierta educación privada puede ser costosa, que no todas las familias pueden pagarla y que la única verdad absoluta que existe para que un estudiante salga bien formado, sea del colegio que sea, es que estudie y cumpla con su rol de alumno en todos los aspectos que están en juego, especialmente el referido a la responsabilidad que le compete. Los alumnos va a la escuela y al colegio a aprender y no a cruzar límites, hacer pruebas de poder o vanagloriarse de criterios rebeldes.
Las mejores escuelas privadas suelen ser las que «están al día», es decir, las que cobrando un arancel razonable para la clase media y cumpliendo económicamente con su plantel docente, están atentas a todas las áreas profesionales que atañen a una organización educacional, manteniendo la calidad de la formación, su estructura física y su espíritu de pretender enorgullecer al alumno para cuando deje de serlo.
Al tomar una decisión entre la educación pública y privada, es importante considerar -aparte del presupuesto- las necesidades académicas y sociales de su hijo, algo de la reputación de la escuela y el boca a boca sobre calidad de los maestros y el personal. Es importante visitar las escuelas y hablar con los estudiantes, padres y maestros actuales para tener una idea de la cultura y la filosofía educativa de la institución.
La educación pública en Argentina, al ser «gratuita» y estar «supervisada» por los gobiernos nacional, provinciales y municipales, el sistema educativo se basa en un currículo nacional que cubre todos los niveles de educación, desde la primera infancia hasta la educación superior, se supone que, así organizado, nada debería fallar.
Pero en una nación que tiene a los colegios como centro de alimentación a los chicos de las familias más empobrecidas del universo, la operatividad educativa comienza a fallar desde cero. Por eso, es necesario replantear de manera urgente esta estructura desde la mismísima Constitución Nacional.
¿Por qué decimos con tanta seguridad que la sociedad argentina es la más empobrecida de todas?
Muy sencillo: porque – según nos cuentan hasta el cansancio- fuimos ricos.
Alguna vez oímos hablar de que la economía boliviana haya sido la más importante del planeta? ¿Se conoce que Chile fue el 7mo PBI internacional? ¿Acaso Perú fue conocido como el «granero del Mundo»? Y saliendo de nuestra región, menos posibilidades nos quedan de comparar los orígenes de ninguna afamada pobreza con la que hoy alcanzó la Argentina: ni de África, ni de Oceanía, ni de Asia.
La respuesta final es:
NO HAY PAIS -EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD- QUE HAYA CAÍDO, EN TANTOS ASPECTOS, DESDE TAN ARRIBA HASTA TAN ABAJO, COMO LO HIZO LA REPÚBLICA ARGENTINA EN MENOS DE UN SIGLO.
El sistema educativo en Argentina se divide en tres niveles:
La Educación Básica incluye la primera infancia, la educación primaria (de 6 a 12 años) y la educación secundaria (de 13 a 18 años). El plan de estudios nacional siempre se basó en materias estructurales como lengua y literatura, ciencias sociales, ciencias naturales, matemáticas y educación física.
La Educación terciaria refiere a la formación superior y profesional. Hay muchas universidades en la Argentina. La admisión a las universidades públicas se basa en cursos de ingreso. El CBC de la Universidad de Buenos Aires es el más conocido. Este sistema de Ciclo Básico Común, en el los alumnos que aspiran a ingresar a la diferentes facultades, realizan un curso de preparación previa, es un verdadero téster de cuál ha sido la verdadera formación que los alumnos traían de los tantos colegios secundarios.
La crisis educacional de la hoy tanto se habla justificadamente tiene en el curso del CBC la herramieta de diagnóstico perfecta para conocer qué es lo que se debe realizar «hacia atrás», es decir, cuántas correcciones se necesita inyectar en los doce años (o trece, en algunos casos) en los que se distribuyen los planes de estudio de las escuelas primaria y secundaria.
En cuanto a las universidades estatales locales, hay una discusión acerca de si cada municipio de la Provincia de Buenos Aires estará capacitado para mantener la jerarquía académica de todas sus facultades. si la crisis económica se sigue profundizando.
Las universidades privadas suelen cobrar tasas de matrícula y -también- son carne de polémica, debido a la inmensa diferencia de preparación que presentan entre los planes de una misma facultad, al compararlas entre sí. Aquí existe un factor que refiere a la libertad de cada institución educativa en ofrecer posgrados para aspirar a profundizar los conocimientos de algunas especialidades. Es, finalmente, el estudiante, quien decide si esa continuación en los estudios sobre su disciplina elegida, abarca aspectos que valen la pena abordar o se trata agregar conocimientos sin mayor relevancia para el ejercicio de su profesión.
La Educación para adultos es una oportunidad de capacitación para quienes no completaron su educación primaria o secundaria. Cuando en estos programas intervienen organizaciones sin fines de lucro y grupos comunitarios, mejora el resultado general.
Que el sistema de educación pública en Argentina enfrenta importantes desafíos, casi siempre partiendo de los recortes presupuestarios y la falta de financiación, lo conocemos todos. Caen los recursos y la calidad de la educación, en algunas áreas, se ve afectada. Los esfuerzos por mejorar están a la orden del día. Se sabe, también, que el futuro debe incluir capacitación docente y la implementación de nuevas metodologías de enseñanza. Pero si las respuestas mutuas entre las partes siempre van a estar teñidas de la mirada ideológica para una supuesta solución, pues no habrá tal solución.
Pasemos a las congregaciones religiosas que se dedican a la educación.
Los Jesuitas: La Compañía de Jesús es la orden religiosa católica conocida por su compromiso educatvo. Fundada por San Ignacio de Loyola en el siglo XVI, los jesuitas operan escuelas y universidades en todo el mundo. Los jesuitas son parte de la historia argentina y también de sus propias vergüenzas. Luego de un trabajo inmenso de formación educativa social en la zona guaraní, los jesuitas se encontraron con la expulsión, un efecto de lo que se repetía en casi toda Europa, donde el poder de los reyes no podía soportar que estos curitas «avivaran» tanto a campesinos y pobres. De esta agrupación es el propio Papa Francisco. La institución más destacada de la educación Jesuita en el país, es el Colegio del Salvador.
La Orden de Predicadores, también conocida como los Dominicos, es la legendaria orden religiosa católica fundada por Santo Domingo en el siglo XIII. Los dominicanos tienen una fuerte tradición educativa y operan muchas escuelas y universidades.
Hermanas de la Misericordia: Es una congregación religiosa católica fundada por Catherine McAuley en Dublín, Irlanda, en 1831. La congregación se dedica a servir a los pobres, enfermos y sin educación, y opera muchas escuelas y programas educativos en todo el mundo.
El Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, también conocido como Hermanos De La Salle, es una orden religiosa católica fundada por San Juan Bautista de La Salle en el siglo XVII en Francia. Se dedica a la educación y opera escuelas y universidades en todo el mundo.
La de las Hijas de María Auxiliadora, también conocidas como las Hermanas Salesianas de Don Bosco, es una congregación religiosa católica fundada por Santa María Domenica Mazzarello a finales del siglo XIX. La congregación se dedica a la educación de mujeres jóvenes y opera escuelas, centros de formación profesional y otros programas educativos en Italia y en todo el mundo.
Las Hermanas Ursulinas del Sagrado Corazón de María conforman una congregación católica fundada en 1910 en Roma. Con epicentro ena a la educación y formación de mujeres jóvenes, se expandió con colegios y programas educativos en todo el mundo.
Los Hermanos de San José Benito Cottolengo es una congregación religiosa católica fundada en Turín en 1828. La congregación se dedica a la educación y el cuidado de personas con discapacidad y opera escuelas, centros residenciales y otros programas educativos y sociales en Italia y en todo el mundo. Tienen su colegio en la Ciudad de Buenos Aires
Franciscanos. Hay colegios de esta congregación, pero su dedicación mayor es la de formar seminaristas que sigan sus preceptos históricos y basados, conceptualmente, en la forma de vivir y predicar de San Francisco de Asís.
En cuanto a la educación privada no religiosa, instituciones educativas que pueden operar con o sin fines de lucro, por lo general, se financian a través de tasas de matrícula y otras fuentes privadas de financiamiento.
Las escuelas independientes, que no forman parte del sistema de educación pública financiado por el estado, pueden incluir internados, escuelas diurnas y escuelas que se especializan en áreas particulares, como las artes o las ciencias.
Las Escuelas Montessori han ganado mucho prestigio en el mundo. Se basan en la filosofía educativa de María Montessori, enfatizando cierto aprendizaje práctico y con instrucción individualizada y algo poco común en la educación tradicional: tienen aulas de edades mixtas, para que exista un trato social entre personas de diversas edades, bajo programas educativos.
Escuelas Waldorf: Parten de la filosofía educativa de Rudolf Steiner. Enfatizan la creatividad, la imaginación y el aprendizaje holístico. En general tienen un fuerte enfoque en las artes.
Hoy han ganado mucho terreno las escuelas internacionales, que para preparan a los estudiantes para un mundo globalizado, con planes de estudios basados en algunos estándares internacionales. Se impone el estudiar varios idiomas.
Las «alternativas» son escuelas que se alejan de los modelos educativos tradicionales, en las que se pueden observar estructuras educativas identificadas como «democráticas» o cooperativas de educación en el hogar. Aquí se incorporan modelos educativos que enfatizan el aprendizaje dirigido por los mismos estudiantes y la instrucción individualizada. Polémico. por demás.
Pública, privada de curas y monjas, privada no religiosa, tradicional, alternativa, democrática o cooperativa. No importa. El proceso de educación tiene que recuperar ritmo.
¿Por qué?
Vamos de nuevo, por si no nos quedó claro:
NO HAY PAIS -EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD- QUE HAYA CAÍDO, EN TANTOS ASPECTOS, DESDE TAN ARRIBA HASTA TAN ABAJO, COMO LO HIZO LA REPÚBLICA ARGENTINA EN MENOS DE UN SIGLO.