Eso les pasó históricamente a muchas secretarias de niveles de jefatura, gerencias y directorios de empresas en los años 70 y 80 cuando el 4 de septiembre caía – como hoy- en un sábado. Ni qué hablar, un domingo. El sabor de la jornada en la que se las homenajeaba no era igual. en muchos casos los regalos no llegaban se reducía. Hasta las habituales flores se ausentaban.
– Qué broncaaaaa! – recuerdo que gritaba María Inés, la secretara de un comercializador de publicidad de una revista vinculada a una importantísima tarjeta de crédito.- EL año pasado me ligué un pasaje a Bariloche enviado por un cliente y este año no me padaron un folletito debajo de la puerta.
Hoy es parecido?
No, es diferente, ya que en las redes sociales los saludos se hacen en tiempo real y los regalos dejaron de ser costumbre.
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