Si no lo hacemos, no debemos jactarnos de conservar ciertas cualidades que nos hicieron fanfarronear durante dos siglos.
En la cancha se ven los pingos. ¿Volvimos a cierta «libertad» de acción? ¿Queremos trabajar para recuperarnos económicamente? Excelente. Es nuestra gran oportunidad. ¿Alguien apuesta por nosotros? ¿Hay alguien a favor de que somos capaces de hacer bien el trabajo que tenemos de frente?
Reidiou sáilens
Los valores de la sociedad argentina, del pueblo argentino, de la población de nuestro país, por ahora, pertenecen al pasado. Son parte del orgullo de otras generaciones. Los laureles los supieron conseguir ellos. Pero no fueron eternos.
Sí, es verdad. El Himno Nacional Argentino ya no habla de la Argentina.
Los orgullos son de personas que ya no están. De argentinos que no imaginaron una nación innegablemente marginal.
Nuestros ancestros resolverían con gran prestancia el delicado momento que vivimos nosotros.
Dimos un paso importante: suspender un torneo de fútbol en la Argentina. Claro, no iba a ser con público, por lo que el efecto de la reacción de los quejosos no es tan complicado.
Ya haremos cosas más probatorias de sacrificio.
Por ahora, demostrar menos hastío y más espíritu de colaboración interactiva entre todos, especialmente en la convivencia con quienes no comulgan con nuestra ideología, podría ser otro pasito
Solidaridad argentina, minga.
Sentido común del argentino merdio, las pelotas.
Lo de la Noble igualdad, mejor no lo calificamos.
Hay poco y lo que hay es lo que hay.
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