Si el monitoreo del Subte es 24/7, el servicio también debería serlo

En el nuevo sistema de monitoreo de las cámaras de video vigilancia de la red de Subterráneos de Buenos Aires, se trabajará en 3 turnos durante las 24 horas de día los 365 días del año. Pocas veces en la vida institucional argentina existió una motivación de refutación a un funcionamiento erróneo tan claro como el presente, en el que nos queda picando el derecho a reclamo a flor de puño.

Si existió una reducción de horarios por cuestiones de seguridad y luego una pequeña recuperación de minutos de servicio para satisfacer algunos reclamos sindicales y ahora habrá 24 horas de monitoreo de seguridad, el establecimiento de un servicio de Subterráneos que funcione las 24 horas del día no tiene nada que esperar.

Si a eso le sumamos que en la Línea C acaban de renovar los ADV, un sistema de señalización facilitador de salidas y accesos más rápidos de trenes desde y hacia la terminal Constitución y tomando en cuenta que se dijo que este mecanismo se hará extensivo a la totalidad de la línea y, posteriormente, al resto de la red, no quedará justificación de mantener un horario incompleto en los Subtes de Buenos Aires. A lo sumo -por lo que expresan algunos expertos en el rey de los transportes porteños- se podrían hacer necesarios algunos minutos para maniobras ferroviarias especiales destinadas al ajuste de los horarios de servicio.

Aparentemente, el montaje de una estructura para monitorear unas 1.500 cámaras, su personal durante los horarios de servicio y las horas extras que se pagarán durante las madrugadas en las que lo único que se monitoreará serán las cámaras ubicadas en los talleres, ya que a esa no habrá público, es más relevante que recordar que no se han vuelto a poner paneles acústicos de freno al chirrido ensordecedor que se produce cuando las ruedas de los trenes atraviesan el túnel curvado (Tres ejemplos emblemáticos: Línea E entre Independencia y San José, Línea D entre Facultad de Medicina y Pueyrredón y Línea C entre Diagonal Norte y Lavalle). Aparentemente, la seguridad del servicio será más importante que el propio servicio.