Un decomiso de carnes y productos frescos en mal estado fue ejecutado por inspectores de la Agencia Gubernamental de Control, tras interceptar un vehículo que iba a la zona en la que siempre pasa algo parecido: Once.
El trabajo de la división de Delitos contra la Salud de la Policía de la Ciudad fue dar aviso a la Dirección General de Higiene y Seguridad Alimentaria (DGHySA) de la AGC. Se labraron actas y se analizó el estado de los alimentos destinados a un local de la Av. Rivadavia al 2400. Obviamente, y como es habitual en la zona de Once, se comprobó que todo estaba en estado inviable de comercialización. Eran unos 850 kilogramos de carne, embutidos, tofú y empanados. Un asquito.
Es lo de siempre: personas con poco dinero, humilde, trabajadores que vienen a la Ciudad de Buenoas Aires desde la zona Oeste, en la que se distribuyen decenas de localidades con poblaciones inmensas de bajos recursos, a la hora de tener que cubrir sus necesidades de hambre en el día, deciden gastar sus pocos pesos para comer algo al paso que no les represente la imposibilidad de que no poder hacerlo en los días subsiguientes. E incluso -aún así- en una gran medida, se quedan sin dinero. Y hay que ingerir algo. Muchas veces se puede observar a personas que se detienen frente a lugares de comida y se quedan pensando durante largos minutos qué hacer, sabiendo que el gasto en el que van a incurrir les destruye su presupuesto. Y apenas se trata de un pancho, un choripan o una hamburguesa.
Los comerciantes que se dedican a la venta de esos productos en las zonas en las que la circulación de personas presupone un negocio redondo, cuando se les aplican impuestos, aranceles, multas, tasas varias por derechos de explotación, alquileres y todo lo que implica un gasto extra o mayor al previsto, no dudan en efectuar reclamos de toda naturaleza y hasta aparecer en cámara para los canales de televisión para gritar a los cuatro vientos los «abusos» en los que el Estado incurre y que les afecta el «equilibrio» de sus cuentas. La verdad es que -para estas personas- nada es considerado válido si se trata de torcer el rumbo de sus objetivos por alcanzar la máxima rentabilidad, caiga quien caiga y cueste lo que cueste.
Completamos con el informe de la Agencia Gubernamental de Control:
Se trató de una camioneta Hyundai H1 que se dirigía a un supermercado ubicado en Rivadavia al 2400 del barrio porteño de Balvanera. Además, habían contratado un taxi para completar el traslado de los productos.
Al llegar al lugar los agentes de la Agencia Gubernamental de Control constataron que la mercadería se encontraba a 17ºC sin ningún tipo de cuidado higiénico sanitario, por ello, los alimentos fueron inutilizados mediante productos químicos y finalmente fueron compactados y descartados gracias a la presencia de la Dirección General de Higiene Urbana.
Cabe aclarar que la temperatura de conservación para productos cárnicos es entre 0ºC y 5ºC y que todo vehículo que traslade alimentos en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires debe estar debidamente registrado.
También los inspectores dejaron clausurado el depósito del supermercado al cual iba dirigida la mercadería. La Dirección General de Higiene y Seguridad Alimentaria procedió a decomisar 700 kilos de mercadería sin rotular.
Spanish (Argentina) 
Spanish (Spain)