Es una de las decisiones polémicas del gobierno porteño. Viene de la administración anterior y es sostenida por la actual. Generó tomas de colegios por parte de alumnos que no quisieron consentir el concepto completo o una parte del programa. Se podrá discutir si todos alcanzan los niveles más satisfactorios en cuanto a formación, práctica y crecimiento cultural. Como siempre, en la Argentina, el camino a la discusión siempre está asfaltado y bien señalizado. Quienes no ven las ACAP como un interesante procedimiento de acercamiento a las actividades laborales para alumnos de 5º año, las ven como una forma mal disimulada de explotación a los adolescentes o, directamente, una pérdida de tiempo .
Dependiendo de las empresas que se registran cada año, el programa de Actividad de Aproximación al Trabajo (ACAP) puede abrir opciones en la formación de estudiantes de nivel secundario. Más allá de los desacuerdos que sigue despertando el plan, la posibilidad de brindar herramientas prácticas y teóricas que acerquen a los estudiantes al mundo laboral, es una realidad.
¿Los motivan a explorar caminos profesionales?
Eso también depende de factores múltiples y móviles.
Si los alumnos de las instituciones más protagónicas de la Educación Pública como los colegios Carlos Pellegrini, Nacional Buenos Aires o el «Lengüitas», salían a quejarse de que no veían utilidad alguna en perder horas de clase para ir a lavar platos en una organización gastronómica, no medían que iniciativas como las desarrolladas por el Museo Bernasconi, el Museo de las Escuelas y el programa Huellas de la Escuela se destacan por su enfoque en el patrimonio histórico y la comunicación cultural también podía incluirlos en los equipos de trabajo.
Por supuesto que a cada colegio le puede tocar en suerte una determinada serie de opciones para que sus alumnos realicen actividades en uno u otro de los lugares que se presentan como disponibles.
Está planificado para que durante las ACAP, los estudiantes roten por áreas como Conservación, Archivo Histórico y Comunicación. Siempre la polémica camina por la duda acerca de si estos trabajos les permite conocer oficios y tareas específicas. Probablemente no sea tan sencillo llegar a eso. Sí, en cambio, al experimentar el dinamismo de cierto entorno laboral, a muchos adolescentes les suele cambiar cualquier panorama facilista que trajeran como idea por un terrenito algo más realista donde pisar.
La predisposición de cada chico o chica tiene un peso decisivo a la hora de enfrentar cualquier propuesta que se les haga para sentir que están «trabajando». Desde la conservación de documentos históricos hasta la creación de contenido digital para redes sociales, cada etapa combina aprendizaje práctico y reflexión. Salvo que lo hagan mal, sin ganas o se nieguen a hacerlo.
En este contexto, Radio Clásica ha ofrecido una valiosa contribución a través de su programa ACAP con el Instituto Santa Catalina, en Constitución. Durante tres temporadas, los alumnos tuvieron la oportunidad de trabajar con el productor general de la emisora, Carlos Allo -a su vez, editor de Diario5- , en los estudios de la escuela. Este programa se centró en la creación de piezas radiales de corte cultural, incluyendo redacción, producción y edición. La experiencia les permitió acercarse al mundo de la radio, despertando habilidades para la comunicación y el trabajo en equipo en varios de los asistentes.