Los huevos son protagonistas de la Semana Santa como ningún otro alimento. Y la forma más tradicional de incorporarlo no es la igesta de chocolates con formas ovales, sino la artística "pintada" de huevos duros que se realiza, desde hace siglos en Europa -y especialmente como costumbre alemana- cada Jueves Santo. Se reserva para el Domingo de Pascuas y los miembros de la familia hacen una competencia de "choque de huevos", con la consecuente premiación a quien conservó la cáscara sana hasta el final de la competencia del "todos contra todos".
El Jueves Santo es el día que representa el nacimiento de de la Eucaristía. En los quintillones de Misas celebradas a través de la historia, la Consagración del Pan y el Vino conforman su momento más importante. Y el mismísimo Jueves Santo, el sacerdote realiza el lavado de pies en la llamada «Misa de la Cena del Señor». Tras la celebración, en la comunidad católica existe la costumbre de que los sacerdotes, a su vez, tengan una cena compartida con colaboradores de los templos, sacristanes, monaguillos, familias participativas de la actividad pastoral, hermanas de caridad y otros allegados. Suelen ser de características festivas y en algunos casos -dependiendo de las congregaciones- bastante opulentas.

El protagonista más calificado de las tradiciones pascuales en todo el mundo es- sin lugar a dudas- el huevo. Rastreamos por las costumbres históricas en todo el mundo, especialmente tomando en cuenta lo referido a las que arrancan en el Jueves Santo.
Al Jueves Santo, los alemanes lo llaman «Gründonnerstag», o jueves verde. La palabra verde no está asociada con el color sino con el antiguo verbo alemán «grienen», que significa «lamentar». Aún así, es costumbre comer vegetales verdes ese día, preferiblemente espinacas.
El día siguiente, Viernes Santo, es un feriado oficial alemán. Para los protestantes es una de las fiestas religiosas más importantes, mientras que los católicos romanos lo observan estrictamente como un día de ayuno.
Los alemanes celebran la Pascua en dos días, el Domingo de Pascua y el Lunes de Pascua.
El Domingo de Pascua suele comenzar con la búsqueda de huevos de Pascua y canastas de Pascua, la mayor alegría para los niños que aún creen que el Conejo de Pascua entrega huevos, chocolate y dulces. Los padres esconden las sorpresas de Semana Santa en los lugares más espectaculares como el horno, la lavadora, los armarios y por supuesto en los jardines. Otra tradición es la caminata de Pascua por el bosque, donde los más pequeños pueden encontrar algunos huevos más que el Conejo de Pascua «perdió» accidentalmente.
Una comida popular que se sirve en Semana Santa es el cordero asado. Según los cristianos, el cordero es el símbolo de la crucifixión y el sacrificio de Jesucristo. El cordero pascual tiene su origen en una costumbre judía de 2.000 años de antigüedad y en 1265 apareció por primera vez el cordero como pastel. Hoy en día, las panaderías ofrecen pasteles de cordero de Pascua, así como coronas de levadura de Pascua con un huevo duro de color en el medio.
El huevo de Pascua tuvo sus inicios en el pasado remoto. Los primeros filósofos dieron un significado especial a la forma ovalada de las cosas elementales, desde la gota de lluvia hasta la semilla y el huevo de Pascua ovalado es una consecuencia de los antiguos ritos paganos asociados con el renacimiento de la naturaleza.
Para los egipcios, griegos y romanos, el huevo era símbolo de fertilidad y vida. Ponen huevos de arcilla y mármol en las tumbas para facilitar el paso de los muertos a otro mundo.
En China hace 5.000 años era tradición regalar huevos decorados para el comienzo de la primavera. En Finlandia, la gente afirma que el universo derivó de un huevo gigante.
En Persia, los huevos solo se combinaban con las festividades de primavera, porque durante la estación del nuevo sol, las aves de corral volvían a poner huevos.
No se ha explorado por qué los huevos juegan un papel tan importante en la Pascua. Una razón podría ser la estricta prohibición de la iglesia de comer huevos durante la Cuaresma.
Antiguamente, los huevos decorados se regalaban durante todo el año. Más tarde se acaba de hacer en Semana Santa. No sólo el Conejo de Pascua regalaba huevos, sino que también las cigüeñas, los zorros y los burros eran los portadores de huevos en la mitología.
En 1682 se menciona por primera vez al Conejo de Pascua. Cuando comenzó la producción de chocolate y conejitos de Pascua, así como la impresión de libros ilustrados y postales de Pascua alrededor de 1850, el conejito de orejas largas se convirtió en una marca registrada de Pascua.
En algunos pueblos se instalan mercados de Semana Santa, donde los vendedores venden adornos artesanales, velas, flores artificiales, peluches y dulces.
El mercado de Pascua, que cuenta con un tiovivo, se instala alrededor de Stiftskirche de Kaiserslautern hasta el 7 de abril.
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