• Diario 5 -Buenos Aires, viernes 21 de marzo de 2025

Puente sobre el Arroyo Maldonado

Los arroyos entubados de Buenos Aires son una parte oculta pero fundamental de la historia urbana y del desarrollo de la Ciudad. Antes de convertirse en la metrópolis actual, Buenos Aires estaba surcada por una red de arroyos y cursos de agua naturales que corrían a cielo abierto y desembocaban en el Río de la Plata. A medida que la ciudad creció, estos arroyos comenzaron a ser entubados y canalizados bajo tierra, debido a problemas de salubridad, inundaciones y urbanización desordenada. Fue una serie de trabajos que para 1930 estaban finalizados.

Muchas de las poesías del tango refieren a esos paisajes casi pueblerinos. En Sur, cuando Homero Manzi remarca «Pompeya y más allá la inundación», habla de un desborde del Cildáñez.

Revisemos los más conocidos (y hoy ocultos):

El Maldonado
Es, quizás, el más emblemático y conocido de los arroyos entubados. Corre debajo de lo que hoy es la Avenida Juan B. Justo y atraviesa Palermo, Villa Crespo, Chacarita y otros barrios. Fue entubado entre las décadas de 1920 y 1930 para controlar las inundaciones y permitir el desarrollo del área Noroeste la ciudad.

Arroyo Vega
Se encuentra en la zona norte de la Ciudad, atravesando los barrios de Belgrano y Núñez. Es el que durante décadas causaba estragos en la calle Blanco Encalada. Fue famosa la obra que para establecer el sistema de aliviadores para mitigar las inundaciones. Aún hoy hay que ponerle mucha atención p0orque puede presentar problemas cuando llueve intensamente.

Arroyo Cildáñez
Fluía por la zona sudoeste, en los barrios de Villa Lugano y Mataderos y desembocaba en el Riachuelo. Aunque su entubamiento alivió ciertas zonas, sigue siendo un símbolo de los problemas hídricos de esa región. Este año, las autoridades anunciaron que se está trabajando allí.

Anuncian obras hidráulicas

Arroyo Medrano
Su cauce original cruzaba barrios como Saavedra y Coghlan, desembocando también en el Río de la Plata. Hoy, está entubado, pero cuando las lluvias son muy intensas, zonas como el Parque Sarmiento sufren inundaciones debido a la presión del agua en el sistema.

Arroyo Ugarteche
Menos conocido, atravesaba la zona de Palermo y desembocaba en el Río de la Plata cerca de lo que hoy es el Aeroparque Jorge Newbery.

Los procesos de entubamiento permitieron ganar espacio urbano y controlar parcialmente las inundaciones, pero también significaron la desaparición de estos cursos naturales de agua. Los arroyos que antes aportaban vida y paisajes a la ciudad terminaron convertidos en sistemas subterráneos de desagüe pluvial.

Así y todo, su presencia sigue sintiéndose: cuando las lluvias son intensas, estos arroyos reaparecen simbólicamente en forma de anegamientos e inundaciones en sus cauces originales, recordándonos que Buenos Aires aún depende de una red hídrica que corre bajo nuestros pies.

Es clave para el conocimiento profundo de las bases estructurales de esta ciudad entender que, bajo avenidas tan transitadas como Juan B. Justo, Cabildo o Directorio, todavía fluyen —silenciosos y ocultos— los restos de aquellos arroyos que alguna vez formaron parte del paisaje porteño

Lo que no se ve

 

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