La inmadurez de chicanear al pueblo con lo que no puede hacer su bolsillo es una canallada.
No puede ser que la mayoría de las personas no reaccionen ante este atropello moral.
¿De qué se trata la resolución del ministro-candidato?
De una sicopateada masiva.
Está poniendo a la población, cínicamente, a prueba, pretendiendo dar a entender que con el subsidio a los transportes, su gobierno es el salvador de sus bolsillos.
De esta manera, los partidarios del #notoquesnada podrán jugar a su más placentero juego, esta vez saliendo a señalar que algunos miserables -gente pobre y desagradecida- estaría pensando en votar los que amenazan ajustar hasta las tripas.
No sólo merecen ser repudiados los superstars de la política que idearon, impulsaron y promulgaron la idea. También, esos correveidiles que torean a diestra y siniestra que la decisión de dar a elegir al ciudadano si toma o no el subsidio «es una forma de proteger los intereses del pueblo. Y si en el futuro querés medidas ‘de derecha’, pagá ahora los 700 pesos».
El cinismo y la burla a la pobreza
Es esperable que nadie quiera pagar el boleto de colectivo sin subsidio, ya que no se avizora reciprocidad real por parte del Estado con referencia a la parva inconmensurable de otros sacrificios que el ciudadano hace.
Tres preguntitas al azar:
- ¿Se ve reflejada la recaudación fiscal en una cantidad suficiente de hospitales públicos de calidad para atender una población de 50 millones de personas que puedan acceder -gratuitamente y con fluidez- a la Alta Complejidad?
- ¿Las autoridades entienden que somos exagerados los argentinos que aseguramos que el nivel educativo que tenemos es pésimo?
- ¿Esta gente siente que cumple con sus deberes de funcionario público al hacer pequeños arreglos con los sindicatos que les son fieles y patea para adelante lo peor del conflicto por si les tocara gobernar a otros?
No haremos más preguntas sobre lo que -por obra de la mala praxis, la ignorancia y la corrupción de autoridades- el estado ya no nos provee. A propósito, fueron tantos los pactos negros de la política argentina que a nadie deberían dolerle las muelas si un día confirmamos el madrinazgo de CFK sobre Milei, con Magnetto en la pantalla del Zoom.
Ante la certeza de la pálida reciprocidad que el Estado brinda en mucho de lo que ofrece, quien elija no ser cubierto por el Subsidio al Transporte Público -aparte de sentirse el hijo de la pavota- estará aportando a una grave desviación del precio real del boleto que, en vez de cobrarse al valor estándar internacional de U$S 0.35.- el gobierno y las empresas de colectivos dibujaron que se trata del doble.
No obstante lo expuesto, preferimos dar respuesta a la aleatoria trivia:
- Hay personas que dicen que sí. Cuando se viene de muy abajo, cualquier hueso enaltece la sopa.
- Es peor aún. Nos percibe «vendepatrias». Sí, sienten eso. Ellos creen que actúan bien porque apaciguan el nivel de conflictividad.
- Si lo hicieron durante más de 70 años, nada les impedirá ensayarlo ahora
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