• Diario 5 -Buenos Aires, domingo 9 de febrero de 2025

House of Representatives McKinley Presidential Library & Museum

 

Al asumir como presidente nortemericano, Donald Trump hizo referencia a un líder transformador y víctima del cambio hacia el Siglo XX.

William McKinley (Niles, Ohio, 29 de enero de 1843 – Búfalo, Nueva York, 14 de septiembre de 1901) fue el vigésimo quinto presidente de los Estados Unidos y el último veterano de la Guerra de Secesión en alcanzar ese cargo. Su presidencia (1897-1901) marcó el inicio de una era de dominio republicano y consolidó a Estados Unidos como una potencia mundial emergente.

Primeros años y formación

McKinley nació en una familia de origen escocés-irlandés en Niles, Ohio, siendo el séptimo de nueve hijos. Durante la Guerra Civil, se alistó en el vigésimo tercer regimiento de infantería de Ohio, donde ascendió de sargento a mayor bajo el mando de Rutherford B. Hayes, quien más tarde sería presidente. Tras la guerra, estudió Derecho en Albany Law School y ejerció como abogado en Canton, Ohio. Allí también conoció a Ida Saxton, con quien contrajo matrimonio en 1871.

Su entrada en política se dio como miembro del Partido Republicano, representando a Ohio en la Cámara de Representantes durante varios períodos. En 1890 promovió la controvertida «McKinley Tariff», que elevó los aranceles sobre importaciones, afectando su popularidad. Sin embargo, su capacidad como estratega político quedó demostrada al ser elegido gobernador de Ohio en 1891, cargo que desempeñó con éxito, destacándose por implementar medidas de seguridad para trabajadores.

McKinley dejó el cargo de gobernador en 1896 para postularse a la presidencia. Su amigo y aliado Marcus Hanna diseñó una campaña revolucionaria basada en publicidad masiva y discursos que apelaban al pluralismo y la prosperidad económica. Enfrentando al populista William Jennings Bryan, McKinley triunfó con amplio apoyo de trabajadores industriales y minorías étnicas, estableciendo el tono de una nueva era republicana.

Presidencia: logros y conflictos

Política interna:
Bajo su mandato, la economía estadounidense experimentó un notable crecimiento gracias al estímulo de la industria y la banca. En 1897, supervisó la anexión de Hawaii, consolidando la presencia estadounidense en el Océano Pacífico.

Política exterior:
La guerra hispano-estadounidense de 1898 fue un hito de su presidencia. Tras una rápida victoria, Estados Unidos obtuvo el control de Filipinas, Guam y Puerto Rico, además de supervisar la independencia de Cuba. McKinley defendió la expansión estadounidense como una misión civilizadora, aunque sus decisiones en Filipinas desataron un conflicto prolongado con los insurgentes locales.

Asesinato y legado

El 6 de septiembre de 1901, McKinley fue tiroteado por el anarquista Leon Czolgosz durante una visita a la Exposición Panamericana en Búfalo, Nueva York. Falleció ocho días después, convirtiéndose en el tercer presidente estadounidense asesinado, después de Lincoln y Garfield. Su muerte dejó el cargo a su vicepresidente, Theodore Roosevelt, quien continuó muchas de sus políticas.

Aquella transición

McKinley lideró a Estados Unidos durante una etapa crucial de su transformación en potencia global. Su enfoque en el comercio, la industria y la expansión territorial dejó una huella profunda. Sin embargo, su presidencia también estuvo marcada por contradicciones, especialmente en Filipinas, donde las promesas de progreso contrastaron con la brutalidad del conflicto.

Su figura, aunque a menudo opacada por su sucesor Roosevelt, es recordada por su papel en consolidar la posición de Estados Unidos como líder en el escenario mundial y por su capacidad para navegar un período de profundas transformaciones económicas y políticas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *