La Ciudad de Buenos Aires ingresa en la era de la electromovilidad con un plan de instalar 400 puestos de carga para autos eléctricos en los próximos dos años. La infraestructura se desplegará en estaciones de servicio, garajes comerciales y también sobre veredas de parques, plazas y frente a edificios públicos. Nada de calzada: los cargadores deberán ubicarse en zonas con estacionamiento permitido las 24 horas, con un máximo de dos por cuadra y señalización clara.
El programa, bautizado Electromovilidad Porteña, se implementará en conjunto con el sector privado, que se hará cargo de la inversión, instalación y mantenimiento. La Ciudad, por su parte, pondrá las reglas técnicas, otorgará los permisos y velará por el orden urbano. Todos los cargadores deberán estar conectados a una aplicación que informe su disponibilidad en tiempo real, para evitar el clásico tour de la frustración.
Con el objetivo de que CABA se convierta en un referente, Jorge Macri presentó el plan junto a empresarios, el jefe de Gabinete Gabriel Sánchez Zinny y el ministro Pablo Bereciartua, quien destacó que el parque automotor eléctrico está en expansión y que Buenos Aires necesita reglas claras para atraer inversión. Los cargadores en espacios privados podrán ser de carga lenta (7 kW) o rápida, mientras que en la vía pública se exigirán potencias desde 22 kW.
La movida se suma a otros incentivos: exención total de patentes para eléctricos e híbridos por dos años, y peajes gratis en autopistas porteñas hasta agosto de 2026. Además, ya circula la primera línea de buses eléctricos entre Parque Lezama y Plaza San Martín, y el TramBUS —también eléctrico— promete beneficiar a 50 mil usuarios diarios entre Nueva Pompeya, Aeroparque y Barrancas de Belgrano. A partir de 2027, los colectivos deberán incorporar unidades con energía limpia y renovar las viejas con un tope de diez años.
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