No se sabe bien con qué puede aportar en lo técnico. Quizás no tenga opción alguna. Pero es seguro que algún tipo de operativo de contención, bien podría el GCBA establecer ante la desgraciada situación que viven los vecinos sin servicio de electricidad.
Del mismo modo en que las noches de frío salen brigadas a la calle para ofrecer a las personas que no tienen un lugar donde resguardarse de la inclemencia del tiempo, todos sabemos que en esta circunstancia hay mucha gente pasando necesidades.
Agua mineral, hielo y -por qué no- abanicos podrían formar parte de un gesto diario con esta gente.
La falta de luz genera una catarata de costos. Primero, puede ser una salida a tomar un café o consumir en un almuerzo o cena, considerando que el servicio podría regularizarse en un rato. Cuando el que sufre el corte comprueba que el problema va para largo, los gastos comienzan a multiplicarse hasta extremos insospechados.
Hay gente que puede enfrentar el gasto y decide instalarse en un hotel para evitar el incordio de pasar días enteros son ventilación, sin agua y sin alimentos frescos. Sacar las cuentas de lo que habría que erogar para semejante posible salida (no solución) al dramático periodo, es hablar de un dinero con que la mayoría de los habitantes de las zonas afectadas no cuenta.
Si éstos y otros temas que tienden a paliar la situación de espanto que enfrentan los usuarios de Edesur que tuvieron la mala suerte de que a su domicilio le corresponda un cable maldito, puede ser considerado por una cronista de un medio vecinal, bien podría ser un gorro que le quepa al gobierno.
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