• Diario 5 -Buenos Aires, sábado 18 de mayo de 2024

¿Cuál es es el criterio que prima para que el periodismo televisivo llame gaucho al damnificado por la compra de una camioneta que no le fue entregada en una concesionaria trucha de Puerto Madero?

El hecho de que el hombre se haya cubierto con uno de esos maravillosos ponchos salteños fuertemente popularizados por las inolvidables agrupaciones folklóricas como Los Fronterizos, Los Chalchaleros, Los Cantores del Alba o Los de Salta, no habilita a utilizar con tanta liviandad el término.

Efectivamente, era un hombre de campo. Y como productor agropecuario decidió adquirir una pick up todo terreno en un lugar que estafa en todos los terrenos. La parte central de la historia es que pagó el vehículo y durante más de dos meses lo vienen teniendo dando vueltas sin entregárselo. Su decisión, celebrada por  la casi totalidad de quienes conocen su historia, fue «instalarse» en la agencia con la intención de no retirarse hasta que le solucionen el desagradable inconveniente.

Presentado el tema, es importante que llamemos la atención de la producción y de los generadores de caracteres de Telenoche, el histórico noticiero de Eltrece, que llamar «gaucho» a una persona que se atavía con un poncho por el hecho de adquirió protagonismo, es tan banal y facilista, que se termina cayendo en el uso de la expresión con cierta inclinación peyorativa.

«Gaucho» es una identidad en la que se combina lo cultural y costumbrista, aunque, mucho más aún, se nutre de una raigambre afectiva con las características que hacen a la vida gauchesca. Los argentinos del norte -y los salteños muy especialmente- conocen esas condiciones por las que se les deja libertad a las personas para que puedan apropiarse de tal condición. Que venga alguien de afuera a decir públicamente «este gaucho bla bla bla…» resulta de una falta de tacto y de una ignorancia propia de un extranjero.

Nada tiene que ver este señalamiento de vacuidad conceptual con la mirada despectiva que se tenía del concepto del gaucho en tiempos pos constitución y del desarrollo inicial .

Peor aún será que ataquen esta semblanza por

En tiempos en que está tan de moda respetar las «autopercepciones», vale aclarar que no todas las personas están dispuestas a que se les diga «gaucho», aunque al verlas nos parezca estar frente a Don Segundo Sombra.

Que nadie se ofenda en los medios de comunicación si aludidos u obviados mascullan por lo bajo: «Gaucho, las pelotas».


 

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