Vehículos en las veredas

Existen normativas urbanas para que los frentistas que tienen garajes estén protegidos por la ley, en general cuando se trata de que no les ocupen el espacio frente a su entrada de vehículos, por otros automotores. Está claro que si algún conductor infringe esa norma, difícil sería actuar de inmediato si el automóvil invasor no puede ser empujado.

Pero existe un caso de infracción, proveniente del exacto revés del que acabamos de plantear. Se trata del descuidado posicionamiento de vehículos sobre la vereda, muchas veces a medio ingresar en su propio garaje, de tal modo que ocupen perpendicularmente, al paso de las personas, la totalidad de su ruta.

Es curioso observar y comprobar cómo demuestran estos amantes de sus vehículos y odiosos de las personas que no les interesa absolutamente nada a la hora de dejar demostrado que están realmente molestando a la gente en la vereda, mientras lavan o limpian su vehículo o, simplemente, lo dejan ahí, detenido, mientras esperan a otra persona o sólo lo hacen con el deseo de demostrar que quieren hacerlo y exhibir su poder ante los vecinos y frente a quien sea. Muchas veces, estos impresentables hasta tienen argumentos que justifican su actitud, por ejemplo, que estar esperando la salida de una persona enferma desde adentro de la casa para trasladarla de inmediato.
En las reuniones con los vecinos, el vicejefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Diego Santilli, suele escuchar reclamos de esta característica y situaciones parecidas. Santilli remarca que se trata de problemas de convivencia, elementos que pueden ser corregidos al paso del tiempo, en la medida en que se vaya fomentando, por imitación, una conducta superadora. Si bien la teoría del jefe de la legislatura porteña es interesante y pasible englobarse en fórmulas que apunten a elevar el nivel de calidad en cuanto a la convivencia entre todos, no vendría nada mal tener también una normativa “cumplible” para las personas que, apelando a su máximo nivel de desconsideración, entorpecen con sus vehículos el paso natural de los peatones por la vereda.