Chequeando in situ algunas situaciones callejeras, se pueden comprobar temas que muchas veces, sin estar presentes, nos resultan exageraciones o habladurías de terceros.
Esta cronista acompañó, el año anterior, a los fieles que realizaron la procesión de El Señor de los Milagros, un acto religioso originario de Lima, Perú. Tomemos en cuenta que en los próximos días, a fines de octubre , este acto se repetirá. Hablamos de una de las reuniones católicas más multitudinarias que se realizan, anualmente, en la Ciudad.
Al haber en Buenos Aires tantos inmigrantes peruanos, la procesión de El Señor de los Milagros gana en participantes al punto de transformarse en varios miles de fieles circulando por las calles y requiriendo, tácitamente, que se cuide de su seguridad.
Así y todo nos encontramos con un panorama que no nos lo habríamos imaginado. Una sorprendente y singular desatención por parte de las autoridades se cierne desde hace ya algunos años cuando se realizan estas procesiones religiosas en las calles de Buenos Aires, en las que se observa la ausencia de personal policial, para el ordenamiento del tránsito al paso de los fieles y las eventuales andas de imágenes cristianas, Santos o Patronos.
Los perjudicados suelen los automovilistas que, sin ser prevenidos en una esquina anterior al cruce con la multitud para poder desviarse con una guía lógica, aparecen directamente en la intersección de la calle en la que circulan con la propia calle por la que vienen circulando los cortejos. Resultado: lo automovilistas quedan obligados a quedarse detenidos hasta que pase la última persona de la procesión, que suele ser -justificadamente- lenta y con detenmientos varios.
Definitivamente esto es nuevo. Digamos de la década del 10. Antes, de ninguna manera un grupo de policías podía estar ausente ante semejante concentración de gente. Curiosamente, este domingo 20 la procesión en devoción al Señor de los Milagros, que suele realizarse el domingo más cercano a su fecha (cuando no hay coincidencia absoluta en domingo) el 28 de octubre. La fecha establecida este año es, de no mediar cambios el 29 de octubre.
Nobleza obligaba (más tomando en cuenta que la celebración en cuestión atrae una inmensa mayoría de residentes peruanos, es decir huéspedes) si ya se hizo el cambio de una fecha por otra para que en Buenos Aires la libertad de las arterias de circulación estén aseguradas en todo momento y nada dé pie a
ninguna posible chispa de inseguridad o inconveniente de ninguna índole el domingo democrático, bien se les podría haber devuelto la gentileza a los organizadores de la Procesión (El Templo de la Piedad, la Hermandad del Señor de los Milagros y el propio Arzobispado de Buenos Aires) para que tuvieran algo de «sensación de seguridad». Todo ello sin contar que el beneficio mayor lo habrían recibido los conductores de vehículos que, circunstancialmente, hubiesen tenido que circular por cualquiera de las calles que van desde Larrea hasta Rodríguez Peña y cruzar la Avenida Corrientes entre las 17 y las 19.
En muchos casos, y repitiendo la misma vicisitud observada durante la celebración de Santa Rosa, el último 30 de agosto en un largo tramo de la Av. Belgrano, personas asistentes a la Procesión y al acto religioso se
veían impulsados a salirse de las filas del andar que los concentraba, para dar una mano a los automovilistas que podían “caer” en el encierro que los tendría esperando un largo rato por falta de previsión. Esta gente –el que firma este informe lo vio sin intermediaciones- se mantenía atenta a realizar permanentemente gestos ampulosos a los automovilistas para que evitaran ingresar a la calle que los dejaría encerrados un largo rato.
A propósito de estos solidarios agentes improvisados de tránsito, prefirieron guardar silencio cuando se los consultó acerca de cuánto dinero se le estaba pagando en ese momento para realizar ese trabajo. Una coincidencia exacta de respuesta cuando también fue consultado el personal policial por el mismo tema y en la misma circunstancia.
[…] sucediendo en os últimos años y fue anticipado por este medio hace exactamente seis días, en una nota que hablaba específicamente de este tema y a propósito de lo que este domingo sucedería, se dejó a la deriva el arranque de la reunión multitudinaria que -año a año- convocan la Misa […]