El traslado al barrio de la Boca de las estructuras de trabajo artístico del Teatro, que durante más de un siglo estuvieron integradas en los diferentes pisos del monumental edificio de Libertad-Viamonte-Cerrito-Tucumán, parece incluír áreas de trabajo que, desde las áreas técnicas, advierten que deberían estar cerca del escenario en los ensayos.
Nadie le discutiría al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien considera “un atractivo más de la Ciudad” la posibilidad de encontrarse con un lugar que muestre la inconmensurable cantidad de performances artisticas generadas para algunas de las piezas que en teatro Colón son parte de un patrimonio inolvidable.
La separación de los talleres del Teatro Colón no será completa, ya que la operatividad de escenografías, andamios, vestuario y accesorios necesarios para las funciones, requieren quye todos esos elementos se encuentren «a mano» en los días previa a cada estreno. Sin embargo, buena parte de esos operativos de determinar qué elementos serán utilizados para una obra, suelen estar en los depósitos, que pronto serán trasladados al barrio de la Boca.
Si bien para las autoridades es un logro organizativo, ya que se trata de un edificio renovado y probablemente operativamente correcto, no faltan caras de malestar entre el personal técnico especializado, que sabe que su trabajo se verá cargado de trajines de urgencia entre la Boca y la Av. 9 de julio, cuando hasta ahora, todo lo necesario para el armado de las obras en el primer coliseo argentino, se obtenía dentro del universo del edificio del teatro, salvo que se tratara de compras.
Horacio Rodríguez Larreta dijo en el anuncio de la decisión de este traslado, que como parte del Distrito de las Artes, tenemos este proyecto maravilloso que es «traer el Teatro Colón a La Boca».
Obviamente, vale la pena la exposición de escenografías y vestuarios históricos, que -al decir del JG, «muchas de las cosas majestuosas que tiene el Teatro Colón están guardadas”.