El cartelito era parte de la identidad de una cuadra «Pica Pica Picapedrero Bajada Cordón». Que nos pongamos a evocar actividades históricas de la vida urbana y que ya han mermado tanto mostrando tendencia a desaparecer, ya no es nuevo. Ni siquiera es nuevo que buena parte de ellas, que tanto había reducido su tendencia atener trabajo en os años 90. ahora haya desaparecido definitivamente. Lo que cambian son los motivos. Hablamos los disparadores que obligan a hacer decaer ciertas actividades.
Lo que ocurre con las bajadas de cordón a cargo de un picapedrero es que últimamente nos encontramos con que el cordón que cierra la vereda y conforma el límite con la acera, ya no suele ser de piedra. El resultado de ello es que el frentista no se siente necesitado a llamar a un picapedrero.
Los adoquines italianos y los listones de granito utilizados a principios del Siglo XX, cuando en Buenos Aires no se reparaba en gastos a la hora de poner elementos de calidad para el mobiliario y los accesorios urbanos, ya no se encuentran en las listas actuales de material a utilizar. No obstante, aún hay kilómetros disponibles de estos cordones y el trabajo necesario para acomodar la vereda por la apertura de un garage o la necesidad de «rampear» la salida de una propiedad, todavía puede ser encargado a los especialistas de martillito-pico.