Las bromas siempre están a la orden del día. Incluso en tiempos críticos. Los censos se realizan -básicamente- cada diez años, aunque muchas veces hubo motivos de postergación.
La Argentina realiza hoy su censo número 11 en 153 años (y 212 años de país). La performance habla claramente de que la tendencia a conocer detalles de cómo vive la población, cómo se establecen la familias, qué estudian y cuántos servicios están cubiertos en la vida de las personas, nunca fue una desesperación ni un apuro para los sucesivos gobiernos.
De todos modos, en los tiempos en que la inseguridad era un mal que afectaba -eventualmente- a otros países, pero no a la Argentina, hasta 1970, los censos en el país resultaban en un día festivo, en el que las familias de los pueblos aprovechaban para saludarse en las cuadras, invitaban a los censistas con comestibles, continuaban las tertulias en las plazas y hasta se hacían a puestas acerca del número de habitantes que se iba dar a conocer cuando el estado finalizara con el recuento.
Una broma muy habitual en algunos pueblos era que de ciertas personas ermitañas se solía decir. «a éste nunca lo censaron».
Acerca de la fecha elegida para realizar el Censo 2022, vale recordar algunas tonterías propias de la ignorancia que muchas veces demostramos tener: Se solía utilizar la expresión «Lo van a hacer el Día del Arquero», considerando que algo no tenía posibilidades de concretarse. Con el devenir del tiempo, sucedió algo peor: forzar la ironía hasta la broma de que lo que nunca se hacía, se haría el «Día de la Escarapela».
Diario 5 ya publicó una semblanza acerca de esa recurrente estupidez argenta, que puede leerse aquí.